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«Llevo mal el elogio»
Abandonó 'CQC', triunfa en 'Camera café' y pronto se le verá también en la comedia de Cuatro 'Gominolas'
Actualizado: GuardarArturo Valls (Valencia, 1975) está en la cresta de la ola. A falta de un café, dos tazas. Triunfa en Camera café con el arrogante Jesús Quesada y prepara el estreno de Gominolas, donde será Bruno, un guaperas buscavidas. Se siente como un niño con un caramelo con su paso a la interpretación, donde ha tenido la suerte de recibir un máster avanzado con actores de la talla de César Saratxu y Luis Varela, compañeros de oficina. En 2006 recibió el Fotogramas de Plata al Mejor Actor Revelación: un reconocimiento merecido al trabajo bien hecho.
-Mil capítulos de 'Camera café'. Sea sincero: ni se lo imaginaban...
-No está mal. Lo bueno es que en esta tercera temporada va todo rodado. Los personajes están perfectamente asimilados. Sólo con mirarnos en la grabación nos entendemos. Hoy por hoy hacer Camera café es disfrutar, divertirse. Hay veces que pasamos más tiempo riendo que produciendo.
-Este relax le vendrá bien para centrarse en 'Gominolas'.
-No creas. Me paso todo el día trabajando. Mañana y tarde. Ahora más en Gominolas, pero, cuando caigo por Camera café grabo dos o tres capítulos seguidos. Lo peor es tener que llevar a casa el guión del día siguiente. Pero ahora es lo que toca.
-¿Se ve por duplicado cuando interpreta?
-En un libro sobre Hollywood, Dustin Hoffman hablaba de los atrezos, de las ropas. A mí me pasa lo mismo: me pongo el reloj de oro y la gomina y me meto en Jesús Quesada; paso a la perilla, el tupé y la camisa de flores y me convierto en Bruno de Gominolas. Es complicado pero... ¿Menos mal! Aún no padezco trastorno de la personalidad.
-¿Qué tal le han sentado las vacaciones a Jesús Quesada?
-Está más vago y golfo que nunca, pero ha decidido reconciliarse con Yoli (su mujer) y pasar más tiempo con Charlie (uno de sus hijos). El tío, a pesar de todo, es feliz así: con su cara de guapete y su soberbia.
-¿Hay conflicto entre Valls y Quesada?
-Dejémoslo en algo de tensión. En la calle ya me paran y me saludan: «Eh, café, ¿qué tal?»; «¿te tomas un café conmigo?». Y yo me digo: «Arturo , tenemos un problema».
-Pero esto ya le ocurrió en 'CQC'.
-Pues sí, es normal que los chascarrillos se vayan adaptando a los distintos trabajos. En la época de Caiga quien Caiga me recordaban: «Eh, gafas»; «¿me das unas gafas?». El otro día un seguidor zanjó con un repetido «¿café, café!». Y yo, pues me río y saludo.
Ligar como Quesada
-¿Hay muchos Quesada en su vida?
-Conozco a amigos íntimos e incluso familiares que tienen tics de él. A mí, en realidad, me da vergüenza su falta de escrúpulos y su mentalidad con las chicas. Sería incapaz de ligar en plan Jesús Quesada.
-¿Le dejan hacer y deshacer en 'Camera'?
-La capacidad de proponer algo en la serie es maravillosa. Yo les digo, qué os parece si me grabáis subiendo la bragueta mientras salgo del baño. Y se lo piensan y todo.
-Parece que ha entrado con buen pie en la comedia.
-Eso parece. Echo de menos el entretenimiento, pero ahora me pone más la interpretación. He tenido la suerte de recibir cursillos acelerados de Juan Diego, Luis Varela y César Saratxu, gente que lleva muchos años en la comedia. Por eso actúo desde la observación y la intuición.
-En televisión se le ve muy dicharachero. No es nada vergonzoso, ¿verdad?
-En general no, pero llevo muy mal el elogio.