A modo de esperanza LALIA GONZÁLEZ SANTIAGO
Emilio Lledó (Sevilla, 1927) estuvo la pasada semana en Jerez para abrir el congreso de la Fundación Caballero Bonald y dejó tras si un aura de admiración que podía palparse en el ambiente del Palacio del Tiempo, qué lugar tan apropiado, tras un discurso donde encontraban encaje y explicación grandes cuestiones, tan abstractas como tan humanas: la libertad, la identidad, la memoria, la educación, la palabra, la vida.
Actualizado:Podría suscribir sin dudarlo algo que su maestro Gadamer decía en una entrevista poco antes de su muerte: «La única frase que quiero defender sin restricción alguna es que los seres humanos no pueden vivir sin esperanza».
Su obra, con libros tan fascinantes como Elogio de la infelicidad, constituye una invitación irrenunciable a la vida plena, al conocimiento y a la ilusión por el futuro.