Cartas

Educación

Estamos recogiendo lo que hemos sembrado. Muchos de manera farisaica se echan las manos a la cabeza al observar la agresión sufrida en el metro por una extranjera. Sin embargo, a mí lo que me preocupa es por qué un crío de veinte años llega a ese salvajismo. Se ha hablado ya bastante de la falta de autoridad de los padres y de los profesores, pero ¿qué medios se están poniendo para resolver el problema? También hay literatura para dar y vender acerca de los excesos chabacanos y deformativos de los programas de la televisión, a la que podríamos llamar la niñera permanente de nuestros hijos. ¿Y qué remedio se ha puesto?

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Creo que estamos viviendo unos años en los que los más desorientados somos los padres. Ya que no estamos defendiendo unos valores -educación, respeto a los demás, autoridad...- en ocasiones por temor a que nos llamen retrógrados, ya que parece que lo moderno es que cada uno haga lo que le plazca. Otras veces porque nos dejamos llevar por las soluciones más fáciles o menos comprometedoras.

El resultado es ya desgraciadamente visible: una juventud mayoritariamente carente de ideales que valgan la pena y una sociedad que no muere de hambre pero en la que hay mucha insatisfacción interior.