Editorial

El dibujo de Las Aletas

El dibujo de lo que será el Polígono de Las Aletas ofrece la perspectiva de un gran centro empresarial capaz de dar un vuelco al panorama económico de la Bahía de Cádiz y su entorno. Con la precisión de un delineante, el proyecto de la Junta de Andalucía se suntenta a priori en tres grandes zonas capaces de fortalecer esta idea desde su nacimiento: logística, empresarial y científica. Con ello se pretende diseñar un mapa cuya diversidad favorezca la implantación de grandes y medianas empresas que aporten dinamismo e impulso. Las Aletas está actualmente en sus albores después de una larga travesía burocrática que finalmente se ha agilizado por la decisión de la Junta de Andalucía y el Gobierno, pero sobre todo por las debilidades que actualmente presenta la provincia, acuciada por el desempleo y las endémicas crisis que han azotado en las últimas décadas al sector industrial.

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Es preciso lanzar la voz de alarma sobre la necesidad de realizar un trabajo paralelo a la puesta en marcha de este polígono para mejorar la red de comunicaciones de este futuro enclave. Está asegurada su conexión con Sevilla y Madrid a través de la AP-4 y de la red ferroviaria, pero no hay nada previsto para mejorar su conexión con el Puerto de Cádiz y la Bahía de Algeciras. El ramal ferroviario con el muelle de La Cabezuela es una necesidad a la que el Ministerio de Fomento le ha dado la espalda pese a las reiteradas reclamaciones de los empresarios de la provincia y de la propia Zona Franca.

Respecto a la comunicación con Algeciras, Las Aletas se comunicará por carretera a través de la A-381, pero la falta de decisión para conectar por tren las dos Bahías imposibilita su enlace con la futura red transeuropea para el transporte por mercancías.

No hay que olvidar que Las Aletas es tan sólo un gran contenedor al que hay que dotar de contenido. Por este motivo, las carencias en las infraestructuras puede convertirse en un obstáculo insalvable, sobre todo cuando se trata de un proyecto a largo plazo. Ahora se está a tiempo de trabajar y mejorar el entorno, pero si falta esa decisión es posible que luego sea demasiado tarde. Del mismo modo, hay que realizar una importante tarea para incentivar la llegada y creación de nuevas empresas, así como una nueva forma de entender el empleo en la Bahía que permita mejorar los actuales niveles de productividad. Las Aletas debe ser el proyecto que lidere este cambio de mentalidad porque la Bahía de Cádiz tiene que afrontar que el mercado de trabajo y, por tanto, el empleo van a cambiar en los próximos años. Ya son historia aquellas empresas capaces de afrontar miles de puestos de trabajo directos y con estabilidad para que estos empleos pasaran de padres a hijos. Ahora manda la externalización de las tareas a través de subcontratas y criterios de rentabilidad que obligan a competir con zonas donde la mano de obra es más barata y -hay que asumirlo- más rentables. Por ello, sólo la especialización y la apuesta por la investigación puede sostener el desarrollo de la Bahía, que debe crear un tejido empresarial capaz de absorber y sostener el empleo para quedar a salvo de los vaivenes que producen las grandes empresas. El nuevo trabajador industrial de la Bahía debe prepararse para la movilidad empresarial y ello sólo es posible con la existencia de una gran red que como en el circo proteja la vida de los trapecistas. Este dinamismo emprendedor es el que debe liderar la puesta en marcha de Las Aletas, que hoy es un simple dibujo pero que mañana debe ser una parte fundamental del futuro de la provincia.