CARTAS A LA DIRECTORA

Si lo toleráis

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Se acaba de dar el último arreglo, un empujón más al proyecto de Ley por la que se reconocen y amplían los derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia du-rante la Guerra Civil y la Dictadura. La llamada Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica.

En ella se habla del espíritu de reconciliación y de concordia que permitió tener una pacifica transición política articulando de esa manera un Estado social y democrático. Se habla de las personas que tuvieron que sufrir la devastadora guerra civil y el régimen dictatorial que sucedió, los años de represión, los fusilamientos, los asesinatos y el exilio.

Miles de familias rotas que durante más de cuarenta años sufrieron injusticias y agravios producidos por motivos políticos. Algunos perdieron la vida, otros perdieron la li-bertad, muchos soportaron prisión, privación de libertad y padecieron trabajos forzosos. Aquellos que de alguna manera vivieron ese desgarrador y cruel capitulo de nuestra historia, se veían ahora con una esperanza, de alguna de las maneras llegaría el día y la hora de su paz interior.

Creo que un reconocimiento superfluo no tiene forma de disculpa. A aquellos que les tocó vivir en esa pesadilla, les tocó en la transición callar por el bien de la democracia y la tolerancia. Olvidemos, decían, de qué sirve recordar, avivar viejas rencillas. A aquellos que les tocó saborear lo amargo de la vida, les toca ahora, unas disculpas con la boca pequeña.

Esta Ley no contenta a nadie, ni a un bando ni a otro. Porque no lo neguemos, sería un error mas, siguen existiendo dos bandos. Los que vencieron y los que ganaron. Los que vencieron solo exigen enterrar a sus muertos dignamente y limpiar sus nombres manchados de una forma infame.

Los que ganaron quieren seguir olvidando y elevando a los altares a los caídos por la patria.

Esta Ley seguirá manteniendo en pie uno de los mo-numentos más indignos de la historia del mundo, aquel que se construyó con las manos esclavas de los vencidos para honrar a los que vencieron. Y ahora se pretende que aquello siga honrando a los dos, es decir, a los que ganaron también.

A los que perdieron les tocó callar en la transición por el bien de todos, los que ganaron siguieron ganando. A los que perdieron, les toca ahora resignarse a desenterrar algunos cuerpos, pero los nombres manchados por juicios sumarísimos seguirán manchados. Los que ganaron, siguen ganando. Los que piden ahora justicia son los nietos de los que perdieron. Los que quieren seguir callados son los nietos de los que ganaron. Mu-chos no saben de qué va la historia y miran para otro lado. Un grupo británico escribió una canción recordando lo ocurrido en la guerra civil española que se titulaba «Si tu toleras esto, tus hijos pueden ser los próximos», una reflexión para que la memoria histórica no caiga en saco roto.

Que no se le olvide a nadie que esta ley nace y la aprueban los supuestos partidos de izquierda españoles, con ma-yoría absoluta para darle su sitio a los que perdieron. Ángel Gómez de la Torre. Cádiz.