Putin critica el escudo antimisiles y lo compara con la crisis de Cuba
El presidente ruso puntualiza que ahora la situación es diferente porque Rusia y EEUU son colaboradores y no enemigos
PORTUGALActualizado:El presidente ruso, Vladímir Putin , ha evocado a la "crisis de los misiles" que vivieron Washington y Moscú en los años sesenta del siglo pasado, al criticar el plan de EEUU de crear un escudo militar cerca de las fronteras de Rusia.
Aunque ha puntualizado que una crisis como aquella ya no sería posible entre países que ahora no son enemigos sino que cooperan entre sí, ha manifestado que la situación evolucionó entonces de "forma parecida" a como ahora se suceden los hechos.
Putin, al termino de la cumbre UE-Rusia celebrada hoy en Portugal, ha subrayado que Moscú retiró los misiles de Cuba y de otros países y ahora Washington pretende abrir bases cerca de sus fronteras.
No obstante, ha calificado de "amigo" a Estados Unidos y a su presidente, George W. Bush, y se ha mostrado convencido de que están revisando los planes sobre el escudo antimisiles tras los planteamientos que ha hecho Moscú. Putin, durante la rueda de prensa que siguió a la cumbre, ha dicho que no ha sido su país el que abandonó la política de acuerdos sobre armamentos, sino Washington con sus planes de crear el escudo en el este de Europa.
También ha recordado que Rusia ha ofrecido compartir con los aliados occidentales sistemas de prevención y defensa ante posibles amenazas de misiles. Washington estudia la posibilidad de ubicar interceptores en Polonia y un radar en la República Checa para neutralizar un potencial ataque de países como Irán, mientras Moscú cree que la iniciativa amenaza su seguridad.
Los resultados de la Cumbre Rusia-UE
La UE y Rusia han minimizado sus diferencias, aunque reconocen que persisten, y han relanzado un clima de entendimiento y cooperación en la última cumbre de los dos gigantes europeos a la que asiste Vladímir Putin como presidente.
Tras cinco horas de sesiones de trabajo en la localidad de Mafra (cerca de Lisboa), Putin, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro luso, José Sócrates, han exhibido muchas sonrisas y han lanzado los elogios suficientes para evidenciar que se ha ganado en cordialidad y voluntad de profundizar relaciones, sobre todo económicas.
Pero no han salido de la cumbre acuerdos importantes sobre las grandes cuestiones de la política internacional que enfrentan a Moscú y Bruselas, como Kosovo o Irán, o sus diferentes visiones del abastecimiento y la distribución de la energía.
En el marco de la cumbre se han firmado varios acuerdos de colaboración sobre lucha contra las drogas y su consumo, un mayor acceso de las exportaciones de acero ruso a la UE, cooperación cultural y la puesta en marcha de un sistema de alerta para evitar problemas en el suministro de hidrocarburos rusos a Europa.
En uno de los temas tradicionalmente espinosos de las relaciones, los derechos humanos, los tres políticos han coincidido en destacar la importancia de la propuesta hecha por Moscú en la conferencia para crear un instituto que promueva la observancia de esos derechos y que, según ha sugerido Putin, podría estar en Bruselas u otra capital.