Detrás de los ojos, miedooooooo

Si hay una historia que ha servido para ilustrar los últimos temores de Estados Unidos es la que cuenta Jack Finney en su libro Los ladrones de cuerpos. Trata sobre la conquista extraterrestre de la humanidad a través de un virus que convierte a ciudadanos y gobernantes en seres sin emociones que encima colaboran infectando a más gente. Cuando Don Siegel la llevó al cine en 1956 (La invasión de los ladrones de cuerpos) el virus fue comparado con la amenaza comunista, y cuando Phillip Kaufman hizo lo propio en 1978 (La invasión de los ultracuerpos) el paralelismo se estableció con la desconfianza que causó la guerra de Vietnam. Ya hay sesudos analistas que, respecto a Invasión, detectan mensajes en torno al terrorismo y George Bush.

Sea pretendida o no la supuesta crítica al momento sociopolítico, lo cierto es que Invasión refleja más el conocido interés de Hollywood en los estudios de mercado que cualquier otra cosa. Ahora apetece mucho ver cintas de extraterrestres. Sobre todo desde que Steven Spielberg estrenó La guerra de los mundos y le picara el gusanillo al público. Invasión no tiene el gancho de Tom Cruise, pero sí el de su ex por excelencia, Nicole Kidman, y el de Daniel Craig, último y flamante James Bond. En la cinta interpretan a dos médicos que parecen ser los únicos en darse cuenta del peligro que entraña esta epidemia que modifica el comportamiento y pretenden evitarlo.

El estreno de Invasión en EE UU no fue saludado con buena críticas y tampoco obtuvo el éxito esperado en taquilla. Todo ello, pese a los estudios de mercado, a su ambiciosa campaña publicitaria y pese al empeño mostrado por el ambicioso productor Joel Silver. Responsable de éxitos como Arma letal y Matrix, Silver se empeñó en que Nicole Kidman protagonizara la película y también en que el alemán Oliver Hirschbiegel, el director de El hundimiento, se pusiera tras la cámara. Pero, por una vez, al pirata Silver no le han salido las cosas bien del todo.