Las inmobiliarias exigen más suelo para evitar un repunte del precio de los pisos
Un 'lobby' conformado por las 14 mayores empresas del ladrillo en España niega de forma tajante que se vaya a producir un caída en el coste de la vivienda Aboga por simplificar los trámites y construir casas de 50 metros cuadrados
Actualizado: GuardarLas grandes inmobiliarias españolas lo tienen claro: si no se pone mucho más suelo en el mercado, los precios de las casas nuevas se podrían disparar de forma «vertiginosa» en dos años. Así de contundente fue ayer el G-14, un 'lobby' conformado por las mayores empresas del sector, que reclamó a las Administraciones más agilidad en los trámites urbanísticos. El presidente del grupo y también de Martinsa-Fadesa, Fernando Martín, aseguró que, por ahora, «la vivienda nueva no se va a abaratar ni los tipos de interés van a subir más».
Martín criticó las «muchas voces alarmistas» que han creado «sombras innecesarias» en el panorama del ladrillo español. Mostró su pesar por que el sector sufre una muy mala imagen «que no se corresponde con su peso en la economía», aunque reconoció que en ocasiones las empresas no han sabido presentarse a la sociedad. Para salvar ese obstáculo, dijo, surge el G-14.
28 o 30 millones
El portavoz de los inmobiliarios negó de forma tajante que los empresarios vayan a bajar los precios de los pisos nuevos pues, llegó a afirmar, «da lo mismo pagar 28 que 30 millones». Para el G-14, señaló, es esencial que llegue más suelo al mercado. «En España un suelo tarda seis años en ser finalista (en el que se puede levantar una casa) y en países como México o Marruecos ese plazo no pasa de año y medio», aseguró.
Rafael Santamaría, presidente de Reyal-Urbis, presentó otro de los temores del sector. Esta vez, en el segmento de las casas de segunda mano y opuesto al planteado por Martín. Según dijo, el miedo reinante en el mercado podría hacer que quienes en su día compraron pisos como inversión los pongan ahora a la venta de forma masiva, lo que derrumbaría los precios.
Junto a trámites más sencillos, Martín abogó por la construcción de pisos de 40 o 50 metros cuadrados o, incluso, la división de los ya levantados en dos o tres viviendas de menor tamaño, a los que la demanda pueda acceder. El ejecutivo reconoció una cierta ralentización pero negó que exista una crisis. Aún así, afirmó que en los nueve primeros meses la iniciación de pisos por parte del G-14 ha caído un 60% interanual mientras las visitas de clientes a las casetas de venta han descendido un 45%.
A pesar de intentar trasladar un mensaje de relativa tranquilidad, Martín explicó que si se mantiene el menor pulso del sector (que genera el 25% del empleo) y se sigue desincentivando la demanda, la economía española se enfrenta a un serio problema. Afirmó que por cada casa que se deja de construir se destruyen cerca de tres puestos de trabajo, en su mayoría de inmigrantes. Un escenario que, de complicarse, podría enviar al paro a miles de personas y generar un «conflicto social».
Sobre el futuro de las inmobiliarias, Fernando Martín vaticinó un intenso proceso de concentración. «A mí me han ofrecido ya varias compañías», señaló durante un foro organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección. Una cita a la que acudió también la ministra Carme Chacón, quien trasladó a los empresarios un mensaje de tranquilidad y apoyo. Incluso, como ya hiciera el presidente del Gobierno, pidió a bancos y cajas que mantengan la financiación a las empresas que actúen con «niveles de riesgo razonable».