Recuerdos ilicitanos, por Manolo Camacho
La historia de cada club siempre va ligada a algunos equipos que para bien o para mal han marcado el destino de cada uno. Y está claro que la historia amarilla hace que cada vez que nos enfrentemos al Elche, los más nostálgicos rememoren aquel ascenso. Fotografía la de aquel once que cada vez que la veo hace aun que se me rice el bello (por cierto, pocos bares, por no decir ninguno, conservan esa foto histórica). Además este partido tiene más morbo de la cuenta añadido. Por una parte, esperar que este encuentro sirva de lanzadera definitiva al equipo a través de una victoria y si puede ser vía buen juego. Por otra parte, serán protagonistas los banquillos. Profesor ante pupilo. Veteranía ante juventud. Y no sólo por eso, sino por el pasado cadista de David Vidal tiene este partido algo especial, un entrenador que demuestra que los viejos rockeros nunca mueren. ¿Quieren más alicientes? Gastón Casas se encontrará con la que hasta la pasada temporada era su casa, su afición y algunos de sus compañeros.
Actualizado: GuardarY pensando, pensando, resulta que ascensos históricos y gastones casas a parte, hay un puente entre ambos equipos debido a los jugadores que vistieron ambas camisetas. Quitando ya los dos mencionados (un entrenador y un jugador) también encontramos que de aquí a allí el trasvase lo hicieron, por ejemplo, nuestro queridísimo Pepe Mejías. Seguro que más de uno recuerda a Benito Sánchez, pues también defendió la camiseta amarilla y más tarde la franjiverde. O Ariel Zárate, que también cambió un equipo por otro con escala de por medio en la Costa del Sol. También, y al igual que David Vidal, en los banquillos de los dos se sentó Roque Olsen. Y así podíamos seguir dando más nombres de jugadores o entrenadores que defendieron ambas zamarras, pero cometería dos errores: uno, que seguro que se me olvidaría alguno, y dos, que hoy en el programa Juego Limpio de Punto Radio Cádiz, Enrique Díaz como hace cada miércoles nos pondrá al día de todos esos nombres. Dos motivos más que suficientes para que ponga ya mi final característico. Y punto.