La derrota de la esperanza
INJUSTA, desesperante y dolorosa, a la vez que esperanzadora. Así fue la derrota que se vivió en La Rosaleda. Reconozco mi optimismo natural con el equipo de esta ciudad. Sueño con la épica en las batallas del deporte y por eso me agarro a la esperanza que me generó el juego que realizó el Xerez en el prado malacitano.
Actualizado:Ni mucho menos firmaron noventa minutos de ensueño. No. Los hombres de Miguel Ángel Rondán sólo apuntaron maneras, pero en la Costa del Sol se vio algo diferente. Un equipo que podía ganar con argumentos. No lo hizo, pero ahora parece que la solución es fácil. Tan sencilla como mantener esos buenos argumentos sobre el terreno de juego. No es de recibo que se vuelvan a producir cambios radicales como que Luque -que hizo un buen partido- ahora se quede fuera de la convocatoria, o que Vicente Moreno irrumpa en el centro de la defensa para volver a descoordinar a Héctor Verdés o Bajic. El equipo, después de mucho tiempo, defendió bien. Y lo hizo ante uno de los ataques más temidos de la categoría. Sólo una descoordinación puntual y un grito de Miguel Ángel que no llegó a los oídos de sus muchachos, rompió la armonía. En el segundo tiempo se aguantaron los arreones de los de Muñiz, por lo que a pesar de la crítica situación clasificatoria por la que pasan los azulinos, la de Málaga fue la derrota de la esperanza. Ahora debe llegar el punto de inflexión ante los chavales de la cantera sevillista.