Suiza refuerza su postura antieuropea con el claro triunfo de la ultraderecha
Las instituciones europeas asumieron ayer en silencio el espectacular triunfo de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha populista), en las legislativas celebradas en Suiza el domingo, a pesar del mensaje xenófobo y antieuropeo de la formación liderada por Christoph Blocher, que ha conseguido el 29% de los votos y 62 de los 200 escaños del Consejo nacional o Cámara Baja. En las anteriores elecciones, en 2003, la UDC obtuvo el 26,3% de los sufragios.
Actualizado: GuardarEl mutismo de la UE responde a la contención con la que, por un lado, Bruselas suele acoger los resultados electorales en otros países, así como al hecho de que Suiza no forma parte de la Unión. Los resultados se completan con un descalabro de socialistas, que obtienen sus peores números desde mediados de los años 80 (19,1%), y de los radicales, que pierden un 1,7% de apoyos con respecto a 2003.
En contraste con el silencio ante la situación suiza, sin embargo, voces de la Eurocámara y de la Comisión Europea saludaron el triunfo de los liberales en Polonia. El caso suizo requiere otro tratamiento. La UE tiene una capacidad de presión muy limitada en el país alpino, con el que le ligan, desde 1999, acuerdos bilaterales para buena parte del acervo con el que se estableció el Espacio Económico Europeo (EEE) entre la UE y los países de la EFTA en 1992. La UDC, mayoritariamente hostil a la adhesión a la Europa comunitaria, juzgó la fórmula de los acuerdos bilaterales para temas específicos con la UE, como un mal menor y una contención, al fin y a la postre, para la deriva paulatina del país hacia la integración con los hoy 27. Esa deriva va a verse detenida por los resultados electorales del domingo. El presidente de la UDC, Ueli Maurer, manifestaba que el triunfo de su formación política se explica porque la han votado «todos cuantos se oponen a la entrada en la UE, los que quieren pagar menos impuestos y reclaman más seguridad y menos criminalidad extranjera».