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Noah Gordon. / LA VOZ
NOAH GORDON ESCRITOR Y NOVELISTA

«Si al escribir viajamos con imaginación, ¿por qué no ir lo más lejos posible?

El autor de 'El médico' rompe ocho largos años de silencio con 'La bodega'

DAVID MORÁN
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Presume el autor de El médico de una «energía interior» que se ha visto multiplicada por la publicación de La bodega (Roca Editorial), novela que rompe ocho años de silencio y con la que Gordon se asoma a la España de finales del siglo XIX para narrar, con las guerras carlistas como decorado, las peripecias de un apasionado viticultor catalán.

-De La bodega se ha dicho que es una carta de amor a un país y un homenaje al mundo del vino. ¿Cómo acaban estas pasiones convertidas en material literario?

-La primera vez que vine a España, siendo ya un hombre adulto, descubrí que era como cualquier otro lugar del mundo, pero con una ligereza de espíritu muy difícil de describir. No tenía ningún conocimiento sobre los vinos españoles, y al comenzar a probarlos, se convirtieron en una obsesión. Empecé a viajar aquí más a menudo, visité bodegas y, poco a poco, me fui dando cuenta de que todo esto podía ser un buen trasfondo para una novela.

-Otro de los trasfondos de la novela es el de las guerras carlistas. ¿Qué es lo que más le llamó la atención de ese período histórico?

-La verdad es que no sabía demasiado, y me sorprendió muchísimo. Me resultó muy curioso, sobre todo, el asesinato del general Prim. En cierto modo, me siento identificado, ya que me recuerda mucho al asesinato de Kennedy: en ambos casos se ha hablado mucho y probablemente nunca se llegará a descubrir la verdad.

-Ha dicho en alguna ocasión que lo que más le atrae de la novela histórica es la posibilidad de aunar realidad y ficción pero, en el balance final, ¿qué es lo que acaba teniendo más peso?

-No creo que tenga que elegir, ya que la realidad es muchas veces más extraña que la imaginación. Lo importante es que, a la hora de hacer una historia y conseguir que sea atractiva para la gente que nunca lee libros de no ficción, hay que ser fiel y no cometer errores. En el momento en el que algo está escrito, mucha gente lo toma como cierto, por lo que hay que ser muy preciso. Es una gran responsabilidad.

-¿Y nunca ha tenido la tentación de hacer algún truco con la historia para hacerla encajar mejor en el relato?

-Depende de lo que entiendas por trucos (ríe). No se puede cambiar la historia ni los hechos pero, a partir de ahí, puedes dejar volar la imaginación todo lo que quieras.

-Es curioso, ya que tanto Josep, el personaje de La bodega, como los protagonistas de El médico y El último judío son europeos. ¿Cómo cree que afecta su visión norteamericana a la construcción de la cultura europea?

-Creo que todos somos bastante similares. Hay diferencias, pero compartimos ciertos valores: a todos nos gustaría que hubiese paz y que no hubiese matanzas. De todos modos, la posibilidad de escoger personajes de otros lugares del mundo me permite ver las similitudes y descubrir muchas cosas que no conocía. Si al escribir tienes la posibilidad de viajar con la imaginación, ¿por qué no viajar lo más lejos posible?