Dos problemas diferentes
El Cádiz vive momentos complicados. Pero no por la cansina pelea que mantienen Muñoz y Baldasano. Eso es algo que les concierne a ellos, porque al final, como siempre es una cuestión de pasta. De su pasta. Uno se ha dado cuenta de que este negocio no es lo que se pensaba y quiere volverse a Madrid perdiendo lo menos posible. Y el otro quiere recuperar el club en las mejores condiciones posibles. Lógicas ambas posturas aunque discutibles en las formas, sobre todo de Baldasano.
Actualizado: GuardarEn cualquier caso es evidente que esta situación no beneficia a nadie y como se descuiden, acaban aburriendo al mayor de los forofos. No hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que cada vez se ven más asientos vacíos en Carranza. Así que mientras no se solucione, puede considerarse un problema. O un grano en salva sea la parte. Pero no es lo más grave.
Lo que de verdad es de preocupar es lo deportivo. Ese es el verdadero dilema. A día de hoy el Cádiz es un equipo mediocre, patético futbolísticamente, con una de las plantillas más caras de la categoría que se conforma con empatar en casa con un equipo que está aún peor. «Se ha roto una racha de derrotas y eso es positivo». Esta frase la repitió más de un futbolista al salir del vestuario el sábado. Y se quedaron más a gusto que un arbusto yéndose a cenar con sus amigos mientras arrastran el nombre del Cádiz por la décimooctava plaza. Y que no vengan con pamplinas de la situación institucional o que la plantilla está descompensada. Lo primero no les afecta para nada porque todos y cada uno de ellos cobran sus euros religiosamente a final de mes. Y lo segundo es cierto, pero no es excusa. Ya quisieran muchos equipos de Segunda descompensarse con algunos de los jugadores cadistas.
Así que, sólo queda mirar hacia delante, pensar que se han jugado únicamente nueve partidos y que restan 33, por lo que todo puede pasar. El objetivo tiene que seguir siendo el ascenso. No queda otra. Volver a quedar el quinto será fracasar por tercer año consecutivo.