Muerte en el taxi
Actualizado: Guardarl asesinato del taxista, Daniel Aníbal, apuñalado por un pasajero en la madrugada madrileña provoca, además de indignación y solidaridad, una reacción de sorpresa en tanto que después de numerosos delitos de estas características cometidos años atrás parecía garantizada la salvaguarda de estos trabajadores con la instalación de los elementos de seguridad necesarios. El equipamiento de GPS, emisoras de radio, paneles de separación y otros dispositivos similares, sin embargo, no parecen suficientes como para garantizar la defensa de estos asalariados obligados a desenvolverse en un medio urbano en ocasiones hostil. Pero junto a las medidas de protección que las administraciones locales deben ayudar a costear a los taxistas, estos también deben tomar conciencia de que solo una autoprotección extrema puede ayudarles a minimizar al máximo los riesgos de un ataque criminal.