raikkonen campeón

Fiesta inesperada en Ferrari

Maranello, conocida internacionalmente por ser la sede de "Ferrari", estalla de júbilo

MARANELLO (ITALIA) Actualizado: Guardar
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La pequeña localidad de Maranello, a una cincuentena de kilómetros de Bolonia y conocida internacionalmente por ser la sede de "Ferrari", soñó esta tarde-noche con el "milagro" de ver a su piloto finlandés Kimi Raikkonen laureado campeón del mundo... y estalló el júbilo

Con Ferrari ya desde hace varias pruebas campeona del mundo de constructores, tras la decisión de la Federación Internacional del Automóvil de quitar todos los puntos a McLaren-Mercedes por presunto espionaje, en Maranello sólo se pensaba en el doblete: hacerse también con el mundial de pilotos.

No lo tenía fácil, pues Raikkonen, el único ferrarista en condiciones de hacerlo, Raikkonen, partía en Brasil a siete puntos del británico Lewis Hamilton y a tres del español Fernando Alonso. Pese a estar difícil, en Maranello se soñaba en el "milagro" de Interlagos. Prueba de ello es que las calles de la pequeña localidad emiliana ya desde pocos minutos antes del inicio del Gran Premio de Brasil empezaron a quedarse desiertas.

Quienes más confiaban en el "milagro" eran los miembros de la "Scuderia Ferrari Club", el grupo de fans más significativo del "Cavallino Rampante" y que viven todo lo relacionado con la escudería como una religión. Ellos se encerraron en su habitual e histórica sede y desde allí pasaron de la ilusión a la esperanza y, horas después, a la gran fiesta.

Hubo milagro, pero para Raikkonen

Los "tifosi" ferraristas se encerraron en sus cuarteles generales con banderas, camisetas y todo tipo de objetos con los colores de la la escudería del "Cavallino Rampante"; entre ellos no faltaron amuletos como los "rojos cuernos", tan usados en Italia para alejar la mala suerte y que hoy ocuparon lugares preferenciales en Maranello.

Con el transcurrir de la prueba, cada vez haciéndose más palpable que el "milagro" iba a ser realidad, el aire de Maranello se hizo cada vez más rojo intenso. Y estalló cuando Raikkonen cruzó la línea de meta como vencedor, como nuevo campeón del mundo, devolviendo a Ferrari un título que en los dos últimos años Alonso les impidió tener, pese a luchar con el símbolo de Ferrari el alemán Michael Schumacher.

Maranello estalló en fiesta, los tifosi en notable número saltaron a sus calles para celebrar el doble título, el de pilotos inesperado.