Deuda saldada

odos sabemos que Italia ganó el Mundial de Alemania gracias, entre otras cosas, al gran favor que Medina Cantalejo le hizo en los octavos de final cuando Grosso se internó por la izquierda y cayó dentro del área tras un derribo bastante dudoso, por no decir que prácticamente se cae solo, del australiano Neill. Penalti, gol de Totti y un inmerecido regreso a casa de la selección de Australia. Tampoco nos podemos olvidar que ejerció de chivato, como buen cuarto árbitro en la final, advirtiendo al argentino Horacio Elizondo de la ridícula agresión de Zidane al teatrero y provocador de Materazzi. Volviendo al grave error de los octavos de final, Guus Hiddink por entonces era el entrenador de los aussies. Tarde o temprano la historia les volvería a juntar, tal y como sucedió el pasado miércoles cuando al colegiado sevillano le tocó en suerte el Rusia-Inglaterra, con el pase en juego de los ingleses a la Eurocopa del 2008. Rooney fue el encargado de adelantar a los británicos en el marcador para después agarrar a Zyryanov fuera del área, algo que el español interpretó como pena máxima. A partir de ese momento, los chicos de Steve McClaren se pusieron nerviosos y la victoria fue finalmente para los rusos. Si encima a todo ésto, añadimos que Medina Cantalejo no era ningún desconocido para los tabloides británicos, puesto que ya le dedicaron elogios tras la expulsión de David Beckham ante Austria en un encuentro de clasificación para el último Mundial, no me extraña que tenga que cargar ahora con todas las culpas. De todos modos, en este caso voy a justificar a Luis. Tenía una deuda pendiente con Hiddink que ha saldado de una manera brillante y por otra parte, entiendo que al ver sentado en el banquillo inglés a McLaren se le nublara la vista de repente, lo mismo que nos va a ocurrir a muchos mañana en el Gran Premio de Brasil cuando Hamilton se proclame campeón del mundo. Será cuando echemos en falta a un Medina Cantalejo de la vida que lo hubiera vuelto todo del revés.