ETA decidió en una asamblea redoblar su ofensiva para provocar tensión social
Las fuerzas de seguridad detectaron en septiembre que la banda terrorista había abierto un debate sobre el fin de la tregua Una de las preocupaciones etarras fue la desmovilización de sus bases
Actualizado: GuardarLas fuerzas de seguridad han detectado en las últimas semanas que ETA ha celebrado una asamblea entre sus militantes más destacados en la que se ha decidido elevar su grado de violencia con el fin de aumentar la tensión en la sociedad y que se visualice que el conflicto afecta a todos los sectores. Al parecer, la reflexión final revela que en el debate dentro de la organización ha vuelto a vencer las tesis más duras e inmovilistas.
El debate fue detectado alrededor del mes de septiembre -aunque podría haber comenzado con anterioridad- gracias a diversos documentos incautados en operaciones antiterroristas. Según la más reciente práctica de ETA, las denominadas «asambleas» no son una reunión física de una determinada cantidad de miembros de la banda sino el intercambio de distintos documentos de debate que posteriormente sirven para que una pequeña asamblea encabezada por zuba -el comité ejecutivo de ETA-. En ese encuentro se adoptan una serie de decisiones, consensuadas a raíz de las aportaciones de los etarras consultados.
La discusión puesta en marcha por la banda tenía como objetivo estudiar las reacciones a su decisión de junio de dar por rota la tregua definitivamente. Según fuentes antiterroristas, el resultado final de la asamblea de ETA fue extender el conflicto con más atentados y más duros. El objetivo final era que toda la sociedad sintiera su regreso a la violencia, de tal forma que se considerase que el denominado «conflicto» no es una cuestión entre políticos sino que debe involucrar a todos los estamentos e instituciones. La intención de la banda era evitar que se instalase una sensación de normalidad pese a que la negociación ya estaba rota.
En el origen de esta resolución influyeron las críticas que los sectores más duros de la banda y de la izquierda abertzale estaban lanzando internamente por la debilidad que mostraba ETA tras su decisión de volver a las armas. Tras el anuncio de la ruptura de la tregua, la banda no cometió su primer atentado hasta el 24 de agosto, cuando colocó una bomba en el cuartel de la Guardia Civil de Durango. Con anterioridad, tres intentos de hacer estallar coches bomba en Andalucía, Navarra y Santander habían sido evitados por las fuerzas de seguridad. En las semanas posteriores, Policía y Guardia Civil evitaron nuevos atentados en Castellón y detuvieron a importantes dirigentes de la organización. El 9 de octubre cuando el debate ya habría finalizado, la banda intentó asesinar en Bilbao al escolta Gabriel Ginés.
Movimientos en Batasuna
Al tiempo, la policía detectó una serie de movimientos en Batasuna para iniciar una campaña de enfrentamiento en la que se buscaba la desestabilización y el acoso a PNV, PSE y PP. Estos documentos fueron esgrimidos por el Ministerio del Interior para justificar el encarcelamiento de la mesa nacional de Batasuna, el pasado 7 de octubre. Según las fuentes consultadas, dentro del debate auspiciado por la banda se pretendía analizar también el grado de desmovilización que, en opinión de la dirección de ETA, se está viviendo entre las bases de la izquierda abertzale tras la vuelta a las armas. Este es uno de los temas que inquietan a la cúpula de la banda, al apreciarse que la asistencia de seguidores a los distintos actos organizados por la izquierda abertzale era mucho menor de la esperada y que no se conseguía involucrar a sus simpatizantes en las distintas actividades locales.
En este sentido, distintas fuentes han señalado que la ruptura de la tregua en junio fue modulada por la banda para intentar evitar que originase una crisis dentro de la izquierda abertzale. En 2000, tras el fracaso de Lizarra, la tensión supuso incluso una escisión, con la aparición de Aralar.
En aquella ocasión, ETA acusó a la dirección de la izquierda abertzale de «haber dejado que se extendiera el derrotismo».