El regreso de la Señora
Decididamente, Benazir Bhutto no tiene miedo, rehusó aplazar su vuelta a Pakistán hasta que el Supremo aclare si la elección del presidente Musharraf es legal y hoy se dará, de entrada, un gigantesco baño de multitudes: cientos de miles de seguidores la aguardan en el aeropuerto de Karachi.
Actualizado: GuardarEl desafío político que supone su vuelta, fruto de un arreglo forzado con el presidente y para repartirse eventualmente el poder con él (con el ejército, de hecho, uno jefe de Estado y ella del gobierno) es también personal. Deberá viajar en coches especiales blindados y a prueba de balas porque es objetivo claro de un atentado terrorista que, siendo mujer -dice ella- llevaría a sus autores a morir abrasados en el infierno por que el Corán prohíbe matar mujeres Vivir para oír.
Más allá de la peripecia política, social y constitucional de la jornada, el regreso de Benazir a su tierra tras ocho años de exilio es un acontecimiento y prueba, antes que nada, tres cosas:
a) el agotamiento del modelo Musharraf, que, como suele ocurrir con los regímenes militares, no sabe qué hacer cuando termina su función de sanear el escenario y mantener el orden público.
b) la persistencia, pese a todo, de fuerte adhesión del público a grandes partidos (y esto vale también para el perdedor de hoy, Nawaz Sharif, jefe de la Liga Musulmana (N), quien volvió por su cuenta y fue reexpulsado en el acto hace un mes.
c) la operación es de inspiración americana y tiene la bendición de Washington, que quiere una alianza Musharraf-Bhutto para afrontar a fondo el auge del islamismo y poner fin al dominio de hecho que la milicia islamo-talibán, ejerce en la vasta provincia del Noroeste, en la frontera con Afganistán.
Qué resultado dará este montaje es difícil de prever, pero si no funciona bien y relativamente pronto, no habrá recambio a la vista, agotados como están los modelos disponibles. Para empezar el PPP deberá tener éxito en las legislativas de enero o febrero y, con los restos del musharrafismo formar un gobierno con mayoría parlamentaria.