¿Quién pone el freno?
Cada vez entiendo menos las situaciones a las que diariamente nos conducen los políticos. De uno u otro partido, da igual, no hacen más que crear confusión y no sabemos a que atenernos. Si leemos la prensa diaria o vemos las noticias de las diferentes televisiones nos quedamos atónitos. Buena prueba de ello hemos tenido en las últimas semanas. Aunque normalmente no he querido, en estos tres años de columnista, posicionarme ante estas cuestiones de política general, llega un momento en que no tengo mas remedio que sentirme inquieto ante tanto disparate.
Actualizado:El presidente del Gobierno ha calificado la quema de las fotos reales como un resfriado. Se gestiona así una crisis que ha merecido tan amplia cobertura mediática y que ha molestado sobre todo por las formas como se ha producido. Se es muy libre, en democracia, de crear una corriente de opinión pero, sobre todo, deben expresarse y defenderlas cívicamente en la urnas. Tomar la calle por la fuerza no ha lugar y si es un sentimiento minoritario como dicen, que lo dudo, habrá que reprenderlo, no ignorarlo.
Por otra parte, tenemos la crisis de la bandera. Según nuestra Constitución, la de 1978, en su artículo 4.1 expone que: «La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas». Si esa Constitución, que sigue aún vigente, ha sido ratificada por todos los españoles, ¿por qué se permite el uso de otras banderas ignorando esta? ¿Por qué se tapan los ojos antes las múltiples afrentas a la que es objeto? Callar no lleva a ningún sitio. Tampoco es de recibo adueñarse de la enseña, que tiene que ser Nacional para reivindicarla partidistamente, no conduce a nada, crea división y enfrentamientos cada vez más enconados. Seguiríamos así días y días pero no hay espacio. ¿Quién pone el freno?