La desigualdad permanece

a realidad es muy diferente al dibujo que desde las diferentes instituciones se realiza sobre la situación de la mujer en el mercado laboral. El hecho de que medio millar de trabajadoras se vean obligadas cada año en Cádiz a solicitar una excedencia en su trabajo al no poder conciliar su vida laboral y familiar es una demostración del fracaso de las medidas adoptadas hasta el momento. Además evidencia la necesidad de avanzar más y con más decisión en ayudas que de verdad garanticen el acceso de la mujer al mercado laboral en una situación de igualdad frente al hombre. Y eso sólo se consigue con mayores inversiones y presupuestos. Mientras no existan medidas que permitan conciliar las carrera profesional de una mujer con su maternidad, el cuidado de sus hijos o de familiares no se podrá hablar de igualdad. Son necesarias más guarderías y con horarios más amplios, más ayudas económicas y, sobre todo, una mayor implicación del hombre, aunque sea por decreto.