Gran seguimiento de la huelga en el primer pulso sindical a Sarkozy
Los sindicatos franceses protestan por la reforma de los llamados regímenes especiales de jubilación y pretende emular la gran movilización de 1995
Actualizado:Nicolas Sarkozy se enfrenta hoy a su primer test serio como presidente francés en el ámbito social desde su llegada al Elíseo el pasado mes de mayo. El líder político galo capea como puede la huelga de transportes convocada por los principales sindicatos franceses, que está siendo seguida de manera amplia -como ya esperaba el propio Gobierno francés-, y que ha provocado prácticamente la paralización de los transportes públicos e importantes atascos en los accesos a las principales ciudades.
Los sindicatos protestan por la reforma de los llamados regímenes especiales de jubilación y el pulso sindical pretende emular la gran movilización de 1995, cuando Francia se paralizó casi por completo. Pese a la importancia de la huelga, el Gobierno francés asegura que mantendrá su determinación y "no cederá", aunque "escuchará" los temores y las preocupaciones de los sindicatos, según ha declarado el portavoz del Ejecutivo galo, Laurent Wauquiez.
El éxito de la convocatoria de los sindicatos ha sido evidente en los trenes, ya que sólo alrededor del 5% de los programados en el país han circulado, y la dirección de la compañía de ferrocarril SNCF ha reconocido que casi las tres cuartas partes de sus trabajadores se habían sumado al paro.
El transporte urbano se ha visto "fuertemente perturbado" en París -con la mayor parte de las líneas del metro paralizadas o casi-, pero también en buena parte de las 28 otras ciudades donde los sindicatos habían lanzado la convocatoria.
Reforma no negociable
El Gobierno ha querido mantener un perfil conciliador y el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, ha afirmado que "la huelga no impide el diálogo", antes de insistir en que la reforma "será progresiva" en los regímenes especiales, de los que se benefician medio millón de empleados esencialmente de los ferrocarriles, los transportes urbanos y las compañías estatales de energía EDF y GDF. En cualquier caso, Bertrand ha alertado de que, sin la reforma, "nadie puede garantizar" que los acogidos a esos regímenes podrán cobrar sus pensiones "en cinco, diez, o quince años".
Bertrand, presentó la pasada semana a las organizaciones sindicales y empresariales su propuesta de reforma y confirmó que "no es negociable" el planteamiento que contempla prolongar el tiempo de cotización de los 37,5 años actuales a los 40 años en 2012. La medida afecta a 1,6 millones de personas (1,1 millones de jubilados y 500.000 trabajadores en activo).
Trabajo iguala así todas las pensiones y acaba con la especificidad de algunos trabajadores, como los del sector público, los de la Comedia francesa, los de la eléctrica EDF, los ferroviarios de la SNCF o el transporte urbano de París, la RATP. Quedan fuera de esa reforma los mineros y marineros, que también forman parte de esos regímenes especiales. Al conocer la firmeza del Ejecutivo, los principales sindicatos del país llamaron a la huelga, y han amenazado con continuar la protesta "si no se da una respuesta positiva" tras la huelga de hoy.
Así lo ha asegurado la Confederación General del Trabajo (CGT), cuyo secretario general, Bernard Thibault, consciente de que para tener éxito la movilización necesita un respaldo de la opinión pública, ha repetido la idea de que la reforma de los regímenes especiales no constituye más que "una anticipación de una tercera reforma" que afectará a los sistemas de pensiones de todos los trabajadores.
Éxito en el transporte urbano y en los trenes
El éxito de la convocatoria de los sindicatos ha sido evidente en los trenes, ya que sólo alrededor del 5% de los programados en el país han circulado, y la dirección de la compañía de ferrocarril SNCF ha reconocido que casi las tres cuartas partes de sus trabajadores se habían sumado al paro.
El transporte urbano se ha visto "fuertemente perturbado" en París -con la mayor parte de las líneas del metro paralizadas o casi-, pero también en buena parte de las 28 otras ciudades donde los sindicatos habían lanzado la convocatoria.
La movilización ha tenido menos visibilidad en el sector de la energía, donde las direcciones de EDF y GDF han anunciado proporciones de huelguistas de algo más del 50%, mientras las centrales las elevaban a horquillas de entre el 60 y el 90%.
También ha habido huelgas de solidaridad de colectivos no directamente afectados por los regímenes especiales, como correos, las oficinas del desempleo o la educación, pero allí el seguimiento ha sido reducido.
Los sindicatos igualmente han organizado manifestaciones en varias grandes ciudades -que según la policía han reunido en total 150.000 personas- y algunos de ellos han decidido mantener la presión mañana.
De hecho, la entidad del transporte metropolitano de la capital RATP ha indicado que sólo un tercio de los metros funcionarán mañana por la mañana, y que los autobuses y los tranvías se irán poniendo en marcha pero muy progresivamente. En la misma línea, la SNCF ha admitido que el tráfico de trenes continuará "muy perturbado" y sólo se irá normalizando a partir de media tarde.