Un cocido celestial
Las hermanas de la Caridad ofrecieron un menú especial en los comedores de María Arteaga
Actualizado:Las hermanas de la Caridad no quisieron dejar pasar el Día para la Erradicación de la Pobreza sin rendir un modesto homenaje a los indigentes con un banquete en el comedor de María Arteaga. Un menú que consistió en un cocido de garbanzos con chorizo, morcilla y berza, y unas empanadillas de atún. Todo acompañado de un refresco. De postre los particulares comensales deleitaron sus paladares con un flan. «Hemos dado de comer a unas 180 personas en total», decía orgullosa la madre Teresa mientras la cocinera, Consuelo Luis, recordaba las cantidades utilizada para este almuerzo festivo: 12 kilos de garbanzos, un saco de patatas y una caja entera de coles. «Les hemos dado un refresco por tratarse de un día especial, pero normalmente beben agua. En ningún caso les damos alcohol, pues está prohibido», matiza Charo.
Una labor solidaria no exenta de sacrificio, especialmente en Carnaval, Semana Santa, Navidad y verano que es «cuando más personal visita los comedores». «Actualmente el principal problema lo tenemos con los musulmanes porque no pueden comer cerdo, lo que supone hacer otro tipo de menú, algo que lleva más tiempo», detalla esta mujer que lleva 19 años trabajando entre las ollas y sartenes de esta cocina.
Inmaculada García, otra veterana trabajadora cuya labor es limpiar y servir la comida y que también lleva 19 años en el comedor, confiesa que a los mendigos «se les quiere mucho, tanto que somos casi como una familia». Y agrega al tiempo que friega el suelo: «En el comedor se comportan bien y nunca hemos tenido problemas con ellos. Además cuando algún día falta alguien nos preocupamos por si le ha pasado algo».
En la calle, Juan Carlos, un usuario frecuente del comedor, fuma un cigarrillo sentado en el suelo para «bajar la comida», dice.
Los comedores de María Arteaga tienen una capacidad para un centenar de personas y llevan abiertos 20 años. «A las doce de la mañana se atiende a las familias necesitadas que se llevan la comida a sus casas. Luego, a las doce y media comen los indigentes», detalla la madre Teresa.
jmvillasante@lavozdigital.es