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La nueva Laura Bush
Pese a haber respaldado la carrera política de su marido con la supuesta condición de no tener que hacer nunca discursos, desde este verano Laura Bush ha empezado a acumular un llamativo protagonismo en Washington. Una transformación especialmente comentada después de siete años discretos en la Casa Blanca en los que la primera dama se ha venido comportando como la perfecta anti-Hillary, limitándose a una agenda oficial de cuestiones benignas y poco polémicas como el énfasis en la lectura infantil o la lucha contra el cáncer de mama.
Actualizado: GuardarSin embargo, la esposa de Bush se ha convertido estos días en la principal portavoz del Gobierno contra la represión en Birmania. Lo que le ha supuesto asumir un visible papel de activismo diplomático a través de múltiples declaraciones, entrevistas y hasta un artículo en The Wall Street Journal. Cruzada en la que ha solicitado inmediatas sanciones contra la Junta Militar que gobierna el país asiático.
Papel decisivo
Esta campaña de la primera dama de EE UU, con inusuales llamadas directas al secretario general de la ONU, ha sido reconocida por activistas y analistas como decisiva para ayudar a concentrar la atención en la represiva situación birmana. Y este mayor perfil también se ha traducido en un incremento de viajes internacionales. Durante el primer mandato de su esposo, Laura sólo realizó cinco giras en solitario. Pero esta semana iniciará su noveno periplo desde la reelección. En una de sus recientes entrevistas, la propia Laura Bush insistió en que esta repentina pasión no es nueva: «Conforme he pasado tiempo en la Casa Blanca me he dado cuenta de la oportunidad que tengo para hablar sobre cuestiones que especialmente me preocupan y quiero aprovecharme de ello».