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Condenan a una empresa a reformar casi por completo una urbanización
La inmobiliaria entregó 87 unifamiliares en Las Delicias con desperfectos como grietas y tuberías rotas, además de calidades inferiores a las prometidas Estiman que el arreglo puede alcanzar entre tres y cuatro millones de euros
Actualizado: GuardarBrindando con cava y bebiendo rebujito. Así celebraron los vecinos de la primera fase del Residencial Las Delicias la sentencia que se les comunicó el pasado lunes por la que la empresa constructora de sus viviendas está condenada a pagar el arreglo de los numerosísimos desperfectos con los que las recibieron. Después de seis años de lucha -les entregaron las 87 unifamiliares a finales de octubre de 2001- han conseguido que el Juzgado de Primera Instancia Número Dos de Jerez les dé la razón y puedan ver, por fin dentro de unos meses, sus casas tal y como les prometieron en el momento de firmar la compra.
La empresa Bami S.A. fue la promotora de esta urbanización jerezana de la que ya se han construido otras dos fases más que, afortunadamente, tuvieron más suerte. Más tarde, Metrovacesa se hizo con la sociedad, por lo que ahora tendrá que correr con los gastos que conlleve la reparación de las casas. «Merece la pena la espera, dimos saltos de alegría», dijo ayer el presidente de la comunidad de vecinos, Carlos Díaz, que animó «a todo el mundo a que lo haga», eso sí, «con mucha paciencia». Además, destacó que en estos casos «es fundamental que todos los vecinos estén unidos porque hay que pagar informes y hacer muchas cosas», puntualizó.
Un simple paseo por las calles de la urbanización basta para comprobar que los propietarios han pasado lo suyo. Es rara la casa que no ha sufrido grietas, tuberías rotas, solerías en mal estado, muros que se caen, humedades, goteras, malos olores en los baños, azulejos rotos, terrazas y tejados sin impermeabilizar o techos abombados. El mármol blanco de Macael que les prometieron resultó ser mármol color tierra que, en muchos casos, se deshacía al tocarlo debido a las vetas y los agujeros que tenía. Además, las losas estaban mal colocadas y se movían al pisarlas. Incluso hay una vecina que no ha disfrutado de agua caliente ni fría en su vivienda porque las dos conducciones estaban cruzadas y, por tanto, toda era templada. Y para qué hablar de las estrechísimas calles -totalmente tomadas por los agujeros del asfalto- y los aparcamientos exclusivos para residentes que no cumplían con las medidas legales. La lista es interminable: todo se revisó en el juicio y todo será reparado.
Desilusión
La desilusión fue lo que dominó a las 87 familias de Las Delicias cuando al día siguiente de estrenar su casa comenzaron a detectar desperfectos graves. «Ese día llovió y entraba agua por los focos de la luz», recordó ayer Mercedes Ruiz, quien aseguraba estar «muy contenta y apenas he dormido». Uno de los vecinos, Dionisio del Pino, se lo tomó con humor y explicó en la primera junta de la comunidad «que han puesto algo en mi casa que yo no he pedido: una piscina en el dormitorio», en referencia a las goteras del techo.
Los inquilinos insisten en que «no queremos que nos den dinero, sino que nos arreglen las casas y eso es lo que hemos pedido». Y es que los desperfectos eran tales que muchos de ellos se han visto obligados a arreglarlos de su bolsillo para poder seguir viviendo en su casa con calidad de vida. Y el desembolso ha superado en la mayoría de los casos los seis mil euros.
vmontero@lavozdigital.es