
El tribunal impide por la fuerza un plante de los acusados de intentar volar la Audiencia
Los procesados aseguran que los guardias civiles les maltratan en los traslados Uno de ellos admite que habló de la compra de explosivos, pero como «un juego»
Actualizado: GuardarEl presidente del tribunal que juzga en la Audiencia Nacional la operación Nova, Alfonso Guevara, tuvo que emplear ayer toda su autoridad para cortar el plante de los 30 presuntos terroristas que ocupan el banquillo acusados de querer volar en 2004 esta sede judicial con un camión bomba. La protesta se inició sobre las 10.45 horas, cuando el primero de los procesados en declarar, Mouad Duous, aprovechó el turno de palabra para quejarse ante el tribunal de que los guardias civiles les maltratan durante los traslados de la cárcel a la Audiencia Nacional y que no les dan de comer adecuadamente.
Mientras Guevara le contestaba que eso no era asunto de la sala y que elevase las protestas a quien corresponda, los 30 procesados -los 20 que ocupan la pecera y los diez esposados por parejas que se sientan en los bancos de la sala- se pusieron en pie y comenzaron a gritar, en respuesta a la señal del presunto jefe de la célula, Mohamed Achraf, que comenzó a hacer gestos ostensibles con las manos.
«Conmigo, plantes ninguno», bramó Guevara, mientras ordenaba a los numerosos policías que vigilan el juicio: «¿qué no se levante ninguno! Empleen la fuerza pública para mantener la orden». Los policías lograron sentar a los acusados de la sala mientras dentro de la pecera los procesados seguían desafiantes y en pie. Hubo momentos de fuerte tensión con la entrada de agentes e inspectores.
El presidente del tribunal, ante el cariz que tomaba la situación, optó por lanzar un ultimátum. Suspendió la sesión durante media hora y advirtió a los abogados defensores de que si sus clientes no se comprometían a mantener el orden suspendería el juicio hasta que lo creyese conveniente y no computaría esos días o semanas como pasados en prisión. «Este espectáculo no lo admito», concluyó.
Tras la charla entre letrados y acusados, la vista se reanudó sobre las 11.30 horas. No obstante, Guevara quiso dejar claro que el intento de motín, como cualquier otra insubordinación en el proceso, no va a salir gratis.
«Yo no soy tonto»
«Yo no soy tonto. Ha habido gente -en referencia a Achraf- que ha dado la orden de ponerse en pie. Todo lo que pase aquí (en la sala) también forma parte del sumario. Cuando alguien da una orden y los demás le obedecen es que están sometidos a él». «Aviso -añadió- que lo que yo vea forma parte del juicio, el que quiera que lo entienda».
Pese a todo, el presidente del tribunal se puso al habla con Instituciones Penitenciarias para intentar resolver los problemas que los procesados habían tenido con sus comidas. Una hora después anunció que ya estaba todo arreglado y que los acusados recibirían una cena caliente y adecuada a su tipo de dieta musulmana todas las noches a su llegada a prisión. Lo mismo ocurrirá con las comidas que reciban durante su estancia en la Audiencia Nacional. Guevara precisó que él no va denunciar los hechos, pero que espera que Instituciones Penitenciarias abra los expedientes disciplinarios correspondientes.
Se exculpan
Los cuatro procesados que declararon en la segunda jornada de juicio siguieron la línea de defensa marcada por los del primer día. Aseguraron no conocer a Achraf, pese a que la mayoría compartieron módulo carcelario con él en Topas (Salamanca), negaron formar parte de una célula yihadista, dijeron que nunca han pretendido ser mártires y rechazaron haber preparado un atentado contra la Audiencia Nacional.
La única declaración novedosa fue la de Kamara Birahima, que reconoció que en julio de 2004 mantuvo una conversación con el emir de la mezquita de Roquetas de Mar (Almería) -el confidente policial conocido como 'Cartagena'-, en la que se habló de comprar explosivos, si bien rechazó que dichas palabras se refirieran a actividades terroristas concretas y atribuyó todo a «una tontería» y un «juego». Su declaración provocó muchas risas entre los procesados, excepto en uno: el propio Achraf.