TRIBUNA

Los polos, Al Gore y un posible cambio en el clima I

Hace pocos días el jurado del Premio Nobel consideró como su candidato más cualificado para el más prestigioso de los Premios al ex-Presidente y cuasi-Presidente de Estados Unidos Al Gore, bien conocido por su postura activa respecto a la posibilidad de un cambio climático que cristalice en un futuro de negros augurios para nuestro planeta.

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Ante la magistral y convincente realización de su obra la verdad incomoda. Muchos se preguntan si los augurios pesimistas que en ella se muestran, responden a una base científica sólida y compartida, o reflejan el conjunto de hechos en que basan su preocupación muchos grupos que realzan, con los tintes mas pesimistas, el futuro que aguarda a nuestro planeta, como evidente resultado de nuestros desmanes. Y en esta situación, muchos se preguntan. ¿Cuánto hay de verdad en todo esto? ¿Cuál es la realidad que nos rodea? ¿Cuál es el futuro que nos aguarda? Y el hecho cierto es que muchos pensamos que la realidad sólo puede ser una y la respuesta debe venir exclusivamente de una investigación científica global, pluridisciplinar, siempre rigurosa y alejada de la espectacularidad de las posturas extremas.

Y es que no hace mucho tiempo se pensaba que el planeta, en su inmensidad, poseía recursos y capacidad de reacción ilimitados. Esta idea en el momento actual debería considerarse insostenible. En todas partes las explotaciones se resienten de sobreexplotación y el desarrollo de nuevas técnicas de observación del planeta y, en especial, de los océanos facilitan y permiten la masiva localización de nuevos recursos.

Es un hecho conocido que las zonas polares ejercen una importante influencia en el clima dado que, aunque la energía solar alcanza la Tierra fundamentalmente en las zonas ecuatoriales y tropicales y se absorbe en sus selvas y océanos, en las zonas polares, cubiertas casi permanentemente por los hielos, la escasa energía que incide se refleja, en gran parte, en sus hielos hacia el espacio exterior.

Por todo ello, hoy sabemos que sin la toma de datos en las zonas polares serían de difícil comprensión los fenómenos asociados a la circulación atmosférica y prácticamente imposibles de entender el comportamiento de los fenómenos implicados en la generación de las masas de aguas que, desde el entorno de los polos, recorren los fondos avísales de todos los océanos y su efecto sobre los flujos de calor entre el antártico, el ártico y los trópicos, procesos situados en la base del equilibrio climático mundial.

En estas condiciones la ciencia internacional ha planteado la conveniencia de abordar un Cuarto Año Polar Internacional (marzo 2007 - marzo 2009) planificado como una campaña internacional para el estudio de las regiones polares y su interacción con el sistema terrestre, en el que por primera vez participará España.

El Cuarto Año Polar ha aprovechado el estado actual de los medios de observación e investigación científica para investigar los límites de la ciencia en las regiones polares, determinar su situación actual incluyendo la circulación en las regiones polares, interacción océano-atmósfera-hielo, aumentar el despliegue de observatorios para el estudio de la tierra, el sol y el espacio incluyendo la interacción sol-tierra, el geomagnetismo, los rayos cósmicos, la astronomía y astrofísica desde las zonas polares, sin olvidar el investigar la historia cultural y social de las sociedades que habitan y han habitado las inhóspitas regiones circumpolares del hemisferio norte.

Hoy miles de investigadores de cientos de instituciones y sociedades científicas apoyan el desarrollo de las colaboraciones internacionales y programas gubernamentales. Las modernas comunicaciones permiten a los investigadores controlar sus instrumentos y registrar la información de equipos instalados en las remotas zonas polares desde sus laboratorios, dejando patente el deseo del hombre de mejorar en el conocimiento de su medio ambiente y los problemas que afectan su supervivencia. Como resultado de estas investigaciones hoy sabemos que el planeta actúa en su conjunto como un organismo vivo donde ninguna zona, incluyendo las inaccesibles regiones polares, actúa independientemente.