Desembarcan en Trípoli los 50 inmigrantes rescatados por el pesquero 'Corisco'
Los náufragos subsaharianos, que creían dirigirse a Italia, mostraron una gran decepción tras volver a la costa africana Muere uno de los 90 'sin papeles' llegados el domingo a Tenerife
Actualizado: GuardarLos 50 inmigrantes rescatados el sábado en aguas del Mediterráneo por el pesquero Corisco, de bandera portuguesa, pero con base en la localidad alicantina de Santa Pola, fueron desembarcados ayer «sin incidentes» en el puerto de Trípoli, la capital de Libia, informó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. La llegada del pesquero al país africano, pactada entre los gobiernos de los dos países, causó gran decepción entre los náufragos subsaharianos, que creían dirigirse a Italia.
Exteriores informó de que los extranjeros bajaron a puerto después de que el ministro Miguel Ángel Moratinos acordara su desembarco con el jefe de Gabinete del mandatario libio, Muamar el Gadafi.
Exteriores asegura que las gestiones de Moratinos fueron «decisivas» para solucionar este problema, pero no pudieron hacerse antes por coincidir el domingo con las celebraciones del fin del Ramadán, circunstancia que dificultó la comunicación entre ambos Gobiernos. La llegada del barco a Trípoli desesperó a la mayoría de los inmigrantes, que creían que estaban siendo conducidos a Italia, país en el que aspiraban a ver cumplido su sueño europeo. El patrón del barco, Antonio López, señaló en declaraciones a la cadena Ser que, tras bajar a tierra, los extranjeros tenían «malas caras» porque «no se esperaban venir aquí».
«Libia no, por favor»
López explicó que les había dicho que navegaban hacia Italia para tranquilizarlos porque ellos le decían «Libia no, por favor, Libia no». «Y ahora cuando se han enterado de que están aquí, pues imagínate tú cómo se han quedado», resaltó. Exteriores explicó que la «decepción» sufrida por estos indocumentados es «la misma que se puede llevar cualquiera que intente inmigrar ilegalmente».
Entre los extranjeros había 42 hombres, cinco mujeres y tres niños, que fueron recogidos a unas 80 millas de las costas libias, cuando navegaban en una barca neumática que estaba a punto de hundirse. Su rescate provocó muchas complicaciones a los 12 tripulantes del buque, seis portugueses y seis españoles, porque apenas contaban con víveres, para cuatro días. Por otra parte, el drama de la inmigración clandestina se ha cobrado una nueva víctima mortal. Uno de los 90 inmigrantes llegado el domingo al sur de Tenerife en un cayuco fallecía en la madrugada de ayer debido al agravamiento de su estado de salud. Mientras, otros cinco sin papeles siguen hospitalizados por deshidratación. El cayuco en el que llegaron estos inmigrantes, había partido de Gambia, y fue detectado a 14 millas de la costa tinerfeña y guiado hasta el puerto de Los Cristianos.