Sherwood se muere
Destinan 75 millones de la lotería inglesa a recuperar el bosque de Robin Hood, que pierde cada vez más robles antiguos
Actualizado: GuardarRobin Hood repartió dinero entre el pueblo y ahora es el pueblo quien acude en ayuda del hábitat de Robin. El bosque de Sherwood, la mayor colección de robles antiguos de Europa, se está muriendo y dinero de la lotería nacional británica será destinado a un plan de recuperación, que prevé la plantación de 250.000 robles.
Hasta hace poco, cada año solía morir un árbol, pero últimamente la cifra se ha elevado a cinco y todo indica que seguirá aumentando. No se trata de ninguna plaga, sino de la propia vejez de los árboles, muchos de ellos de más de mil años, que los hace vulnerables ante las inclemencias del tiempo, como fuerte vientos y tormentas. Por ejemplo, en lo que va de año, cuatro cayeron en enero a consecuencia de las lluvias, dos se quemaron en un incendio y otro se partió sin previo aviso.
Otro problema son los saltos generacionales provocados por épocas en las que se utilizó madera sin proceder a replantaciones, lo que afecta a la estructura del bosque. Fue el caso del tiempo en el que Inglaterra se preparó para afrontar el ataque de la Armada Invencible española, o el momento de la Guerra Civil inglesa. El plan de 75 millones de euros pretende también financiar el especial cuidado de los ejemplares en mayor estado de decaimiento. El cálculo más pesimista es que en cincuenta años el bosque podría haber desaparecido. En la época medieval en la que las leyendas sitúan a Robin Hood -un personaje de ficción, pero que sintentiza diversas historias de tradición oral atribuidas a distintos héroes locales-, éste podría haber salido por la puerta de atrás del castillo de Nottingham y recorrer más de cincuenta kilómetros cabalgando entre los árboles. Hoy sólo podría cubrir cinco.
Urgencia
Según ha declarado a The Guardian Austin Brady, conservacionista de la Comisión Forestal que se ha ocupado de la suerte del bosque de Sherwood, «la gente puede preguntarse que qué prisa nos ha entrado ahora si hemos podido esperar tantos siglos, pero si no lo hacemos en la próxima década probablemente habremos pasado el punto tras el que ya no sea posible devolver la plena vitalidad al bosque. Dentro de un siglo ya no existirá».