Europa habla español
Cerca de un centenar de jugadores españoles están repartidos entre las ligas más competitivas del viejo continente
Actualizado: GuardarParecía imposible, pero se ha conseguido. El futbolista español ha dejado de ser protagonista en su casa y anónimo fuera de ella. Hace una década la Liga española era eminentemente una competición importadora. Raro era el caso del futbolista español que decidía probar la fortuna en un torneo más allá de nuestras fronteras, salvo el de las viejas glorias que buscaban apurar sus últimas jornadas de fútbol o jóvenes que ante la falta de minutos optaban por hacer las maletas, sobre todo a las Islas Británicas, como si de un estudiante Erasmus se tratara, en busca de un buen trabajo que aumentara su currículum.
Pero en los últimos años esta tendencia se ha invertido. Las salidas con cuentagotas de algunos jugadores de primer nivel se ha incrementado paulatinamente en el último lustro hasta llegar a una situación en la que ya no es extraño encontrarse un futbolista español si te encuentras de vacaciones por cualquier país del Viejo Continente. Y ya no son viejas glorias, sino estrellas contrastadas. El fútbol europeo cuenta con cerca de un centenar de jugadores españoles repartidos en ligas tan competitivas como la inglesa, la italiana o la holandesa, y otras de menor calado como la suiza o la segunda división belga.
Inglaterra ha sido el país que ha experimentado una mayor españolización en las últimas temporadas. Hasta diecisiete jugadores nacidos en España se encuentran repartidos en clubes de la Premier League.
La buena labor de cantera que han demostrado tener clubes como el Arsenal, con Arsene Wenger a la cabeza, y la llegada de Rafa Benítez al Liverpool han animado a los clubes ingleses a invertir en el producto español Así, este año han aterrizado en la Premier Torres, Mikel Alonso (Bolton), Javi Garrido (Manchester City) o el ex del Villarreal José Enrique (Newcastle).
Grecia, de moda
Pero si hay un país que está de moda actualmente, por las posibilidades que tiene y las buenas fichas que se pagan, ése es Grecia.
Allí militan hasta siete jugadores nacionales, cinco de ellos en el mismo club: el Aris de Salónica. El canterano del Barcelona Antonio Calvo y Felipe Sanchón son los nuevos refuerzos del conjunto griego para una Liga donde esta temporada también ha aterrizado el ex madridista Raúl Bravo, en las filas del Olympiacos.
Los españoles se expanden por el mundo. En Portugal, en la tercera división belga o incluso en Suiza también podemos encontrar una importante colonia de futbolistas españoles. En el caso del país helvético los casos de hijos de inmigrantes son cada vez más frecuentes. Otros, como el ex canterano del Real Madrid Diego buscan la gloria lejos de la casa blanca y pasan de meros Pavones a estrellas de sus respectivos equipos.
En Holanda, el Ajax logró la pasada temporada el título de Copa con dos españoles en sus filas: los ex barcelonistas Gabri y Roger. Para esta campaña, el conjunto que dirigía hasta hace poco Ten Cate (ahora en el Chelsea), ha añadido dos piezas españolas más a su engranaje: Urzaiz y Luque. Mientras que ex del Athletic de Bilbao está siendo utilizado como revulsivo en los últimos minutos por si hay que conseguir los tres puntos a la desesperada, volcando balones al área, el zurdo no está rindiendo al nivel esperado debido a su intermitencia.
En la Bundesliga militan dos de los futbolistas más prometedores del fútbol bávaro. Ambos tienen apellido español y hablan castellano, pero juegan en Alemania. Se trata del delantero Mario Gómez y del centrocampista del Bayer Leverkusen, Gonzalo Castro. Ambos son hijos de inmigrantes españoles y pudieron se seleccionables por el combinado nacional, antes de que el germano Low decidiera contar con ellos para la selección.
Jordi Cruyff, en Ucrania
El último país en el que destacan los españoles es Escocia. Allí, Nacho Novo y Carlos Cuéllar son los principales responsables de que los protestantes sueñen que terminar con la supremacía del Celtic en los último años. En la tienda oficial del Glasgow Rangers, la camiseta del delantero es la más demandada.
El punto exótico a este proceso de españolización de Europa lo pone Jordi Cruyff, que el año pasado inició una aventura en Ucrania, país en el que los magnates están invirtiendo mucho dinero para hacerse un hueco en las competiciones continentales. Así, apenas queda un rincón en Europa donde no haya un futbolista español. Lo que hace una década parecía una utopía hoy es un hecho: el jugador español le ha perdido el miedo a salir al extranjero. El producto nacional aumenta su valor y pruebas nuevas sensaciones. La exportación es un hecho.
dgutierrez@lavozdigital.es