OBJETOR. Steffen Deniz Post no conocía nada de Jerez y eso le animó a elegir Buenaespina para hacer sus prácticas. / TAMARA SÁNCHEZ
Jerez

«Siempre hace falta más trabajo contra la violencia en los barrios»

El alemán ha colaborado con los proyectos de Buenaespina Pide a los jóvenes jerezanos «que viajen mucho más»

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Ha estado dos meses viendo cómo el colectivo Buenaespina trabaja en la dinamización de los barrios de la ciudad. Tiene 21 años, ha vivido uno en Chiapas y es objetor de conciencia. Steffen Deniz Post acaba de finalizar su estancia en Jerez, una localidad que no conocía y de la que precisamente le atrajo eso, su misterio.

-¿Qué le trajo hasta aquí?

-Como estudio Filología Hispánica, tenía que hacer unas prácticas en España y una amiga me comentó que en Jerez había una asociación que hacía un buen trabajo. Como no había escuchado nada sobre Jerez hasta entonces, me pareció interesante.

-¿Qué le ha parecido el trabajo de Buenaespina?

-Me ha encantado la labor que hacen. Lo que he intentado es conocer su tarea y participar en sus actividades, por ejemplo, un curso a profesores de Primaria sobre el trabajo en los barrios. He montado un taller sobre la violencia y cómo superarla con un grupo de alumnos de Programa de Garantía Social (PGS) del Polígono de San Benito. También he participado en la elaboración de una película sobre la vida de los vecinos de este barrio.

-De su experiencia en movimientos pacifistas internacionales, ¿qué cree que se puede extrapolar a ciudades como Jerez?

-Siempre he tenido la impresión de que existe violencia en las ciudades, en sus barrios y grupos sociales marginales. Dentro de estos márgenes se crea muy fácilmente un ambiente de violencia y es necesario el trabajo preventivo. En Jerez hay barrios en los que se tendría que desarrollar más trabajo social como, por ejemplo, en San Benito donde trabaja Buenaespina.

-Al hablar de trabajo preventivo se refiere a educar desde el colegio, ¿verdad?

-Sí, eso es lo que veo con más probabilidades de éxito porque los niños y los jóvenes todavía no están dentro de un esquema tan violento. Es en lo que tengo más esperanza.

-¿Cómo empezó su relación con los movimientos pacifistas?

-Mis padres trabajaron en los movimientos pacifistas de los años 70. Mi madre es turca y mi padre es alemán y crecí con un convencimiento: que el conflicto puede ser negativo pero también puede ser bueno, porque yo me crié con personas que vienen de diferentes culturas. Cuando me tocó hacer el servicio militar -porque allí aún es obligatorio- objeté y me fui a trabajar a una organización pacifista. Eso fue hace dos años y desde entonces sigo relacionado con ella.

-¿Qué le ha sorprendido de Jerez?

-De Jerez me sorprendió todo porque vine sin saber nada. En alemania hablas de Barcelona, de Madrid o de Málaga y la gente sabe algo pero de Jerez, nada. Lo escogí principalmente porque se me hacía totalmente desconocido y porque es una zona poco turística. Es una ciudad muy bonita. Me gusta el hecho de que es una ciudad en la que la gente desarrolla su vida. Tiene también el tamaño perfecto. Voy al centro y vuelvo a mi barrio y veo a personas que me conocen y me saludan. Eso es precioso.

-¿Piensa volver?

-Creo que sí, el próximo verano. Aunque me han dicho que venga a conocer la Feria del Caballo.

-¿Cree que el trabajo que se hace en Jerez es suficiente o hace falta más?

-Siempre falta y siempre va a faltar. Hay gente que desarrolla un trabajo bueno pero me gustaría ver a más gente trabajando en esto. Tengo que decir que he conocido a varios maestros de Jerez muy comprometidos, muy abiertas a trabajar con estos temas, a hablar con los alumnos e invitar a especialistas a las escuelas. Lo que de verdad es necesario es que los gobiernos y los ayuntamientos ayuden más, pongan más recursos.

-¿Un sueño para la ciudad?

-Me gustaría mucho que en Jerez hubiera más jóvenes abiertos a la Unión Europea, que viajen más que se den cuenta de que hay mucho más de lo que ven. En este mundo hay mucha gente que no se da cuenta de lo que realmente ocurre.

vmontero@lavozdigital.es