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La lógica del girasol
El acuerdo firmado por el Partido Popular y el Partido Andalucista con el concejal no adscrito, Fernando Gago, para gobernar la ciudad durante los próximos cuatro años ha llevado la polémica al municipio
Actualizado: GuardarDe profesión, tránsfuga». Esta es la frase que más suena en los corrillos políticos y populares para designar el nuevo cambio de Gobierno que ha protagonizado el camaleónico político, Fernando Gago.
«Este concejal de oro», como le gusta definirse a sí mismo desde que comenzó la nueva legislatura, se inició en el arte de la política en 1991, como edil del Partido Socialista. En esa época, Independientes Portuenses gobernaba en coalición con la formación socialista, en una relación de amor y odio que ha durado más de una década.
En 1994, el pacto entre independientes y socialistas se rompe por desavenencias entre las dos formaciones. Sin embargo, Gago ha probado las mieles del poder y deja su partido, se pasa al Grupo Mixto, desde donde sigue apoyando al partido de Independientes Portuenses, que le ofrece la presidencia de la plaza de Toros y una Concejalía.
En las elecciones municipales de 1995, Gago entra a formar parte de IP y permanece en el poder. Sin embargo, este partido siempre mostró una cierta desconfianza hacia el nuevo edil «por ir a su aire». A pesar de sus discrepancias con Hernán Díaz, (sus malas relaciones con el presidente llegaron a relegarlo hasta el puesto número doce en las listas de 1999) siempre supo estar ahí y esperar su momento.
Cambio radical
En 2003, IP vuelve a ganar las elecciones pero sin mayoría absoluta. Gago entra en cuarto lugar. Nadie podía prever entonces el cambio radical que se iba a producir en el municipio durante aquella legislatura.
En agosto de 2006, Hernán Díaz es condenado a siete años de inhabilitación para ejercer cargo público por prevaricación. El número dos del partido, Enrique Moresco, había dimitido para pasar posteriormente al Partido Popular. El número tres, Juan Carlos Rodríguez, rechaza el cargo y alega problemas personales. Por tanto, Fernando Gago se convierte automáticamente en alcalde.
En 2007, llega el problema de la sucesión. IP desconfía de Fernando Gago. No sólo Hernán Díaz sino también el resto de militantes. Sin embargo, situar como alcaldable a Juan Gómez daría la imagen de que el partido se encontraba roto, con un alcalde oficial y un alcaldable oficioso. Finalmente, Gago es elegido cabeza de lista.
Las elecciones suponen un tremendo varapalo para Independientes Portuenses. Pierde alrededor de seis mil votos y pasa de diez a cuatro ediles. La posibilidad de formar gobierno se escapa de las manos.
Sin embargo, Fernando Gago opta por seguir su propio camino. Como resumió el secretario provincial de relaciones institucionales del Partido Socialista, Federico Pérez, «Gago sigue la lógica del girasol, se arrima al sol que más calienta».
En el primer Pleno de la actual Corporación, cuando la oposición está a punto de echar por tierra una iniciativa del nuevo Gobierno, Gago rompe la disciplina de partido y respalda a Ejecutivo formado por Partido Popular y Partido Andalucista.
Sería el primer capítulo de una larga serie de apoyos y contradicciones, que convirtieron los plenos en auténticos enigmas, pues nunca se sabía cómo iban a concluir.
Para la dirigente de IU Pepa Conde «esta operación ha sido fraguada al principio de la legislatura». A pesar del escándalo suscitado por este acuerdo, IP lo ha definido como «la mayor operación de transfuguismo de la política portuense», lo cierto es que Gago ha conseguido volver a acaparar la atención pública.
Ayer mismo el propio Javier Arenas, presidente del PP andaluz, defendía la inclusión de Gago en el Gobierno local y manifestaba que en el Gobierno portuense «no se da ninguno de los supuestos que contempla el Pacto Antitransfuguismo», por lo que su partido no apoyará la denuncia del PSOE en la Mesa Nacional contra el Transfuguismo.
El escritor René de Chateaubriand, manifestó que «el poder es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis». Algunos, en cambio, nunca tienen suficiente.
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