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Wilkinson vuelve a llevar a Inglaterra a la gran final
Como hace cuatro años, Jonny Wilkinson volvió a conducir a Inglaterra a la final de un Mundial, la tercera que disputará el quince de la rosa en su historia, tras eliminar a una Francia que lloró la decepción de no poder ganar la competición ante su público (14-9).
Actualizado: GuardarTras un flojo inicio de la competición, las constantes críticas de la prensa inglesa y la presión de no responder al prestigio de los defensores del título, los de Brian Ashton demostraron, ante la atenta mirada del príncipe Harry, que todavía le queda buen juego en su veterano equipo, que tras deshacerse de Australia en cuartos acabó con los bleus.
Aunque Inglaterra se encontró con un ensayo a los dos minutos, estuvo por debajo en el marcador durante la mayor parte del encuentro, hasta que la puntería de Wilkinson en los últimos cinco minutos cambió el signo del encuentro.
Con un punto por debajo, Inglaterra saltó en el segundo tiempo dispuesta a neutralizar la diferencia, pero se encontró con el tercer golpe de Beauxis que aumentaba la ventaja gala en el marcador. La maquinaría británica fue ganando terreno a medida que avanzaban los minutos, mientras Francia se quedó estancada.
Una intercepción de los británicos y una buena y rápida combinación inglesa les permitió quedarse a dos metros del ensayo, pero la defensa local funcionó y lo evitó.
El partido había cambiado de signo. Michalak, que había sustituido a Beauxis, falló una patada, mientras que Wilkinson seguía afinando su puntería y a los 59 minutos estrelló el oval en el palo. El cañón se acercaba al blanco.
La rosa estaba decidida a lanzarse al ataque y eso dejó alguna ocasión al contragolpe para los galos, que se quedaron a las puertas del ensayo en el minuto 69 en una buena jugada de Bonnaire, Clerc y Chabal, quien pese a su empuje fue finalmente detenido a pocos metros de la línea de ensayo, por lo que se esfumaban las esperanzas galas.
Sin tiempo
A partir de ese momento el partido estaba en las botas de Wilkinson. El extraordinario jugador volvió a brillar con luz propia. Logró un penal a los 75 minutos que adelantaba a los ingleses y callaba el Estadio de Francia.
Cuando los franceses trataban de recuperar el dominio del juego, Wilkinson tiró de su genio y logró una fantástica patada que dejaba a los de la rosa a cinco puntos de ventaja de los franceses.
Los galos precisaban de un ensayo, pero apenas quedaba tiempo para lograrlo.