OBJETIVO. El padre de Klara espera que el monumento sirva para contagiar la sensibilidad de su hija.
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Memoria contra el olvido

El Campo de la Constitución, antiguo parque del Barrero, acoge un monumento para recordar por siempre a Klara García Casado, asesinada hace siete años en este enclave donde ahora se respira quietud

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Si había algo que le gustaba a Klara García Casado era la recreación de mundos en los que se vivía en paz y armonía a través de sus dibujos y de los cuentos que escribía y, sin embargo, el destino la hizo protagonista de una de las historias más despiadadas que se recuerdan y que siempre permanecerá escrita en la memoria al ser asesinada por dos compañeras de instituto hace ahora siete años.

Desde hace unos días un monumento la recuerda en el Campo de la Constitución, antiguo parque del Barrero, en donde encontró la muerte y ahora testigo de que su esencia sigue viva en la mente de todos los que la conocieron. La figura elegida ha sido un unicornio alado en bronce, realizado por el artesano isleño Manuel Sánchez Raposo, autor también del busto del Padre Neira, inaugurado en agosto.

La idea surgió del propio escultor, cuyo hijo asistía a clase con el hermano de Klara, y que se ofreció a realizar la escultura de forma desinteresada. La elección del unicornio reside en que era una gran amante de la mitología por lo que se decidió optar por uno de sus dibujos. Además, tal y como comenta su padre, José Antonio García, «los bustos no pueden tomar vida».

Un lugar para la quietud

La obra, situada en la rotonda tras el mirador del parque, será colocada en breve sobre un pedestal y estará rodeada de naturaleza como le hubiera gustado a Klara, defensora de causas como el medio ambiente o la igualdad de la mujer. En definitiva, de los valores de amistad, justicia y convivencia que caracterizan a una persona joven y de una gran sensibilidad, tal y como la recuerda su padre.

De esta forma, siete años después del fatal suceso el lugar de la tragedia se convierte en un enclave en que lo que se desea es hacer un llamamiento a la paz y al amor y reflejar la juventud que rebosaba Klara, a través de la mirada de un unicornio que se dirige al cielo. «Se trata de un animal mágico y me gustaría que esa magia formara parte de todos», manifiesta José Antonio.

Junto al unicornio pueden leerse unos versos escritos por José Adolfo Galán Morillas, profesor de Klara durante tres años, mediante los que se deja constancia de que permanece viva y lo hará siempre mientras que sigan en este mundo las personas con las que compartió parte de su corta vida.

Vivir sin una hija

El día de la inauguración fue muy emotivo para los padres de Klara y a la vez muy duro, aunque «duros son todos los días que transcurren sin ella», afirma su padre, que se siente feliz de que el monumento de su hija se encuentre en un paraje hermoso en donde se siente la alegría de muchos niños que acuden a este lugar para jugar.

Además, se muestra orgulloso de que, a buen seguro, servirá para evitar en gran medida que vuelvan a ocurrir actos horribles como el que le sucedió a Klara en un futuro y, en este sentido, comenta que hace unos días unos jóvenes, que no conocían la historia de su hija, la descubrieron gracias al monumento y de esta forma se consiguió que se llevaran consigo una gran enseñanza. «Uno de nuestros objetivos pasa porque la memoria de Klara viva para que no vuelvan a repetirse este tipo de hechos», afirma José Antonio.

En cuanto al estado penitenciario de las asesinas de su hija en la actualidad, José Antonio declina hablar al respecto por el enorme dolor que ello le supone después de haber luchado mucho para que tuvieran la pena que les correspondía. «Sólo puedo decir que no se hizo justicia», asevera.

Sea como fuere, el Campo de la Constitución conserva a partir de ahora un monumento para dejar constancia de que en este enclave no habita el olvido.