«En momentos tensos he pensado que ojalá no me dedicase a esto»

Terelu Campos ha empezado el curso televisivo colaborando en dos programas: Locos x Madrid, de la cadena de Vocento Onda 6 TV, y La noria, de Tele 5. Es difícil separar a la profesional del personaje que con tanta voracidad persigue la prensa rosa. Su popularidad le está pasando una abultada factura, pero sigue adelante porque al sopesar en la balanza puede -al menos, hasta ahora- su «vocación», según asegura.

-¿Continúa en la pequeña pantalla por vocación?

-Totalmente. Me gusta hacer mi trabajo, sin lugar a dudas, y me entrego a él en cuerpo y alma. Lo que pasa es que viviendo determinadas cosas, en algún momento tenso o injusto he pensado que ojalá me hubiera dedicado a otra actividad. Pero siempre son momentos puntuales en los que estimas que se están vulnerando tus derechos constitucionales como ciudadana.

-Se está refiriendo al acoso de la prensa rosa...

-Evidentemente.

-Es difícil que personajes públicos, que están en los medios de comunicación, puedan vivir aislados de ese efecto que da la popularidad.

-Eso es algo que uno asume. No me preocupa en exceso que cuando hagas un trabajo público la gente quiera saber algo más de tu vida. Entra dentro de lo normal. Pero pasarse de la raya ya no lo es, en ningún aspecto de la vida. Un personaje público también tiene derecho a la intimidad.

-Las tertulias del cotilleo han copado las cadenas.

-Sí, pero he notado un pequeño cambio en los últimos meses, desde el verano, con la desaparición de algún programa de ese tipo y el nacimiento de otros. Bueno, espero que poco a poco se vaya recobrando la normalidad, que no pasa por hacer programas aburridos, porque se puede dar información rigurosa y a la vez entretenida y divertida. El insulto no es divertido. Esta profesión es dignísima, de grandes profesionales, que son los primeros que deben reivindicar todo eso en su propio beneficio.

-¿Entonces, pasará la moda rosa?

-No lo tengo yo muy claro. Hace años pensé que esto iba a menos y resulta que nos esperaban cosas peores.

-¿Qué es lo que más le gusta del periodismo?

-Todo. No me gusta encasillarme. Disfruto tanto si presento un magacín como un concurso. Y a mí no me ha importado presentar un programa en el que la crónica social fuera uno de los ingredientes, pero cuando las cosas eran más relajadas. Ahora bien, tertulia del corazón no, no me veo en ese papel.

Un lujo y una pesadez

-¿Hacia dónde le gustaría orientar su carrera?

-Nunca estaré en un programa donde destapen miserablemente las intimidades de determinadas personas con el único objetivo de lucrarse. Ahora, eso no quita que haya personajes del mundo social que estaría encantada de entrevistar, como mi amiga Eugenia Martínez de Irujo o Isabel Pantoja.

-¿Es complicado desprenderse de la sombra de una comunicadora tan famosa como su madre?

-No es complicado ser la hija de María Teresa Campos. Estoy muy orgullosa de serlo, es un lujo. La pesadez es que me lo preguntéis siempre. La cruz es la pregunta. Tengo 42 años, y a veces me tratan como si fuera la niña pequeña que entra a trabajar. Me lo voy a tomar desde el lado positivo. Llevo trabajando 20 años y tengo la conciencia muy tranquila. Sé lo que soy, y lo que no soy, también. Sé el trabajo que me ha costado estar donde estoy.