La localidad se vistió de gala para acoger la Coronación Canónica de la Esperanza
La Virgen procesionó de forma extraordinaria por las calles antes de recibir su corona en un multitudinario acto religioso en La Calzada
Actualizado:Tarde de fervor religioso y emociones encontradas. Sanlúcar se echó a la calle para acoger la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza. La localidad sacó sus mejores galas para asistir a este solemne reconocimiento a una de las imágenes marianas más populares y veneradas en la ciudad.
La procesión extraordinaria de la Virgen de la Esperanza arrancaba pasadas las cuatro y media de la tarde desde la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, donde la sagrada titular de la popular cofradía del Jueves Santo sanluqueño ha permanecido desde el sábado pasado. La banda de Música Santa Ana de la localidad sevillana de Dos Hermanas seguía de cerca a la imagen mariana mientras que la Agrupación Musical Virgen de los Reyes seguía al cortejo.
La Virgen de la Esperanza bajó por la Cuesta de Belén y se paseó por las céntricas plazas de San Roque y del Cabildo antes de llegar a La Calzada. En este recorrido visitó a la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y a la del Cautivo.
Una vez concluido el recorrido, la imagen mariana llegó a La Calzada donde numerosos sanluqueños se concentraban esperando a la Virgen. Allí tenía lugar el acto pontifical en el que se coronaba canónicamente a la Esperanza tras la homilía de una misa oficiada en honor de la imagen mariana y que estuvo presidida por el obispo de Asidonia-Jerez, Juan del Río. Sanluqueños y visitantes rompieron la solemnidad de la liturgia con un interminable aplauso en honor de su Virgen al verla ornamentada con la corona de oro.
Posteriormente, la procesión continuó en dirección a la plaza Madre de Dios y otras calles del centro urbano, seguida por una cohorte de fieles. A su paso por la Biblioteca Municipal Rafael Pablos la imagen mariana recibirá la Medalla de Oro de Sanlúcar.
La Virgen de la Esperanza cerró su recorrido en su Día Grande con la llegada a su barrio donde la imagen recibió numerosos obsequios populares como alfombras de sal, cantos o petaladas. Antes de su recogida, la Virgen visitó a la Hermandad del Silencio.