Encapuchados arrasan el centro de San Sebastián en protesta por un acto ultra a favor de España
Los radicales cortaron la entrada por carretera a la ciudad, destruyeron a su paso material urbano, cruzaron vehículos y colocaron barricadas de fuego La Ertzaintza, que se vio desbordada para contener las algaradas, tuvo que retener autobuses de seguidores de Falange en la autopista de acceso a la capital
Actualizado: GuardarDecenas de encapuchados sembraron el caos ayer por la tarde en el centro de San Sebastián en protesta por la convocatoria de un acto de la ultraderecha a favor de España y del Día de la Fiesta Nacional en la capital donostiarra. Los radicales cortaron el acceso por carretera a la ciudad, arrasaron con el material urbano, cruzaron coches y autobuses, colocaron barricadas de fuego y atacaron entidades bancarias.
La Ertzaintza se vio desbordada para contener las acometidas de los encapuchados que, con tácticas de guerrilla urbana, hicieron una demostración de fuerza como hacía años no se veía en las calles del País Vasco. Los violentos lanzaron a los agentes botellas con petardos en su interior, mobiliario urbano y todo tipo de objetos que tenían a mano.
Entretanto, la Policía vasca retuvo en el peaje de la autopista a la altura de Zarauz, a 20 kilómetros de San Sebastián, a dos autobuses repletos de seguidores de Falange, entre quienes estaba Ricardo Sáenz de Ynestrillas. Otras fuentes, en cambio, elevaron la cifra hasta ocho autobuses.
Los graves incidentes comenzaron a las cuatro de la tarde, una hora antes de la concentración a favor de la unidad de España y de la españolidad del País Vasco, convocada en el centro de San Sebastián por diferentes grupos de ultraderecha. A esa hora, cientos de personas se congregaron en la zona del Bulevar, junto al Ayuntamiento, para celebrar una denominada «fiesta antifascista», convocada, entre otros, por Batasuna, Acción Nacionalista Vasca, la organización juvenil ilegalizada Segi, y el sindicato LAB.
Respuesta
La intervención de la Ertzaintza, conminando a los concentrados a abandonar el lugar, fue respondida de forma violenta por grupos de encapuchados que se contaron por decenas y que cortaron los accesos a San Sebastián por carretera para impedir la llegada de los ultraderechistas al centro de la ciudad.
A partir de ese momento, se sucedieron los enfrentamientos de los simpatizantes de la izquierda abertzale con los agentes de la Ertzaintza, que tuvo que hacer uso de todo el material antidisturbios disponible para intentar restablecer el orden. En las algaradas, la Policía autónoma detuvo a dos personas, aunque al cierre de esta edición no se descartaba que el número de arrestos fuera mayor.
Los esfuerzos policiales no surtieron fruto alguno hasta al menos tres horas después de que comenzaran los altercados. La retirada de barricadas era contestada con nuevos cortes, cruce de coches, roturas de cabinas y cristales y quema de material urbano y contenedores. Los radicales cruzaron también dos autobuses urbanos y lanzaron piedras contra ellos.
La Ertzaintza impidió la quema de uno de los autobuses, pero no pudo evitar el ataque a, al menos, media docena de entidades bancarias. Una de ellas, una sucursal del Banco Mediterráneo, sufrió serios daños materiales por parte de los radicales.