DECEPCIONADO. Torres se retira del entrenamiento acompañado por Genaro Borrás. / EFE
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Luis pierde a Torres para la 'gran final'

España se la juega en Dinamarca con un equipo inédito y la ausencia del delantero del Liverpool por lesión

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Fernando Torres será baja para el choque decisivo de Dinamarca y el amistoso del próximo miércoles ante Finlandia, al sufrir una pequeña rotura fibrilar en el aductor de su pierna derecha durante el entrenamiento que la selección celebró ayer por la noche en el escenario del partido. Su puesto en el once será ocupado por el espanyolista Tamudo. Apenas habían transcurrido diez minutos del partidillo de diez contra diez que organizó Luis cuando, en un lance del juego, Torres notó un dolor en el muslo y frunció el ceño. Se dirigió hacia el técnico, le dijo un significativo «míster, no puedo», y se marchó a los vestuarios del coqueto estadio de Aarhus con una ligera cojera y seguido por el médico y los fisioterapeutas de la selección. Luis, cabizajo, no hizo cambios hasta el pequeño descanso, pero después ordenó a Tamudo ponerse el peto naranja de los titulares.

El Niño sufre una microrrotura que le tendrá un mínimo de 8 ó 10 días de baja y le obligará a dejar la concentración. «Le hemos hecho pruebas específicas y tiene un punto de dolor muy determinado que evidencia la lesión muscular», añadió el facultativo. Ya en Liverpool, será sometido a una resonancia magnética que revelará el alcance exacto de la dolencia.

La selección, la Federación y su entorno no cambian ni en situación límite. Resulta que se juegan esta sábado un 90% de sus opciones de estar en la próxima Eurocopa, para lo que hace falta al menos un empate ante Dinamarca en su exilio de Aarhus, pero se habla mucho más de la ausencia de Raúl, de los piscinazos del seleccionador y de las cámaras ocultas que del rival. Menos mal que se trata del choque «más importante en mucho tiempo», tal y como reconoció Iker Casillas antes de declararse firme partidario del 7.

Las cuentas claras

Las cuentas están claras. Si España sale triunfante de Aarhus, estará virtualmente clasificada. Aventajaría en ocho puntos a los daneses, éstos con un partido menos, y hasta le sobraría uno de los dos encuentros que le restan: en el Bernabéu ante Suecia y en Las Palmas ante Irlanda del Norte. Si empata, también fetén. Sería suficiente firmar otras tablas contra los suecos y vencer a los británicos. En caso de derrota, habría que esperar un tropezón de Dinamarca en Belfast y, por su puesto, no fallar más. Es preocupante que España no dé la talla fuera. Perdió en Belfast y Estocolmo, empató en Islandia y sólo ganó en Letonia.

En el día D y la hora H, resulta que a Luis le da por improvisar y poner en liza ante los daneses un equipo inédito pero, eso sí, con muy buena pinta. Salvo que intente engañar a todo el mundo, el llamado sabio de Hortaleza se la jugará con un equipo en el que sobresale la titularidad de Albiol y la apuesta por el buen fútbol.

Como ha dicho el líder del Arsenal, si España muere en Aarhus lo tiene que hacer con sus armas, con el toque, la pared, el desborde, la movilidad y el juego entre líneas. Por eso, y porque si se gana la batalla por el balón en el centro del campo se suele vencer la guerra, Luis parece decidido a apostar por un cuarteto mágico integrado por el líder del Arsenal, Xavi, Iniesta y Tamudo, en sustitución de Torres. El seleccionador vende a sus colaboradores que es un 4-3-3, pero más bien es un 4-1-4-1, con Albelda como guardián, o un 4-2-3-1 cuando el cerebro azulgrana se junte con el valenciano.

Los daneses, en pleno proceso de renovación y con ausencias importantes como el central del Liverpool Agger, el lateral Jakobsen y Jorgensen, veterano centrocampista de la Fiorentina, prometen salir a tope, «hambrientos» pero con cabeza. Confían en que las viejas batallas perdidas ante España sean sólo historia, pero se motivan al ver aún la falta de Bakero a Schmeichel en el gol de Hierro que les dejó sin Mundial'94, y reconocen que tienen el orgullo herido.