CÓMICOS. La obra está dirigida por Miguel Narros. / LA VOZ
Cultura

Verónica Forqué y Santiago Ramos reviven el drama, y a la vez comedia, de 'Ay Carmela'

Esta versión de la obra de José Sanchís Sinisterra está dirigida por Miguel Narros y se podrá ver hoy en el Teatro Villamarta a partir de las 21.00 horas

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Verónica Forqué y Santiago Ramos protagonizan esta noche en el Teatro Villamarta Ay, Carmela, la popular obra escrita por José Sanchís Sinisterra, bajo la dirección de Miguel Narros. La actriz retoma de esta manera un papel que ya interpretara hace veinte años con José Luis Gómez. Sin embargo, confiesa que ahora «he podido profundizar y enriquecer el personaje, interpretar una Carmela más rica e intensa».

El texto de José Sanchís Sinisterra se considera una pieza fundamental del teatro español contemporáneo. Su estreno fue en 1987 en Zaragoza, con Verónica Forqué como protagonista femenina y José Luis Gómez encarnando a Paulino. Sin embargo, desde aquellos años no se había puesto en escena, lo que ha propiciado que Narros la rescate del olvido, con el objeto de acercarla a los jóvenes y a quienes no pudieron verla en aquella ocasión. Ay Carmela alcanzó popularidad con la película que en 1989 dirigiera Carlos Saura y tuvieran a Carmen Maura y Andrés Pajares como protagonistas.

«Este montaje es muy distinto al primero», apunta Forqué. A este respecto, hace mención a «la sorna, lo divertido y vitalista» que es el director de escena y a su propia madurez como actriz, que la hace sentirse «otra persona, debido a mis vivencias de este tiempo».

Argumento

La obra narra la historia de Carmela y Paulino, dos actores de revista que se ganan la vida con sus representaciones. En plena Guerra Civil, los protagonistas actúan en la España republicana. Por equivocación, cruzan las líneas y son encarcelados por los franquistas. Éstos ordenan que representen un espectáculo para sus tropas, que incluya una parodia contra la República ante un público singular: los brigadistas internacionales que serán fusilados.

La posibilidad de salvar la vida pasa por interpretar una comedia, pero ésta resulta contradictoria con la ideología de los espectadores. Aparece, por tanto, el conflicto entre el instinto de supervivencia y la imposibilidad de traicionar los principios.

«Es un texto intergeneracional y, por eso, es un clásico», afirma Santiago Ramos, que encarna a Paulino. A su juicio, el autor cuenta la historia de manera «ingeniosa y entretenida». «Yo veo a mi personaje como un clásico y creo que es una obra con un patetismo y una comicidad que me iban al pelo», añade.

Para Miguel Narros, la vigencia de la obra reside en que «habla desde la verdad y con personajes que han existido y existen. Él, Paulino, significa la aceptación; mientras Carmela es una contestaria».