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Turquía se prepara para invadir el norte iraquí en busca de la guerrilla kurda

El Gobierno de Ankara desafía a EE UU por aprobar una condena del genocidio armenio

ENRIQUE SERBETO
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La Unión Europea trataba ayer de de atemperar los ánimos del Gobierno turco advirtiéndole de que sus planes de lanzar una ofensiva a gran escala en el norte de Irak «no serían bien acogidos». Pero por ahora, la capacidad de influencia de los Veintisiete parece bastante limitada en este asunto que implica sobre todo a EE UU y a su posición en el país árabe, donde podría acabar abriéndose un nuevo frente. Kurdistán es la única región que se mantiene relativamente estable dentro de un Irak que arde por los cuatro costados.

Cuando ayer por la tarde Ankara anunció que había llamado a su embajador en Washington por la aprobación en la Cámara de Representantes de una proposición parlamentaria de condena del genocidio armenio por parte de los turcos saltaron todas las alarmas tanto en la capital norteamericana como en la sede de la OTAN en Bruselas, donde se siguen los acontecimientos con extrema preocupación.

La prensa otomana ya había advertido de que la aprobación de esta declaración, que significa el reconocimiento formal de que EE UU considera que lo que sucedió entre 1915 y 1917 fue un genocidio, «aumentará considerablemente las posibilidades de que se produzca esa intervención armada en el norte de Irak» para la que el primer ministro Tayip Erdogán ha pedido ya permiso al Parlamento.

Intensidad diplomática

A la espera de la decisión de la Cámara -cuyo resultado no puede ser muy diferente del que decida el propio Erdogán, ya que su partido, el AKP (Justicia y Desarrollo), tiene la mayoría absoluta- se llevan a cabo intensas consultas diplomáticas entre Turquía, EE UU., la UE, la OTAN y, naturalmente, el propio Gobierno iraquí. La Casa Blanca ya ha criticado la decisión del comité del Congreso, consciente del problema que se plantea para su presencia en Irak si no pudiera contar con la colaboración de un aliado como Ankara o si, peor aún, tuviese que optar entre ayudar a los kurdos contra un Ejército de la OTAN.