ATERRIZAJE. Fernando Hierro charla con Riera a la llegada de la expedición española a Dinamarca. / EFE
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La selección viajó a Dinamarca segura de hacer valer el peso de la historia

España es la bestia negra del combinado nórdico con un balance de 10 victorias y 3 empates en 15 partidos oficiales Luis Aragonés ensayó a puerta cerrada un once con David Albiol y Cesc en lugar de los habituales Puyol y Silva

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Con Hierro como debutante, España viajó ayer a Aarhus, la segunda ciudad más grande y el principal puerto de Dinamarca, confiada en que el peso de la historia marque de nuevo su ley y le permita salir victoriosa de la final que le aguarda el mañana. En principio, el combinado de Luis partirá con la ventaja psicológica que le conceden las estadísticas.

Ciertamente, España se ha convertido en las últimas décadas en un martillo pilón para Dinamarca. Le apartó de la final de la Eurocopa 84, la eliminó en los octavos de final del Mundial de México 86, con cuatro goles de Butragueño en su vuelo de Querétaro, y la dejó sin jugar el Mundial de Estados Unidos 94, gracias a un providencial gol en Sevilla de Hierro, que en este desplazamiento. Un tanto que no paran de recordar los daneses, indignados aún porque entienden que Bakero cometió falta previa. También coincidieron en el camino hacia el Europeo de Inglaterra'96 y ambos lograron el objetivo común de clasificarse después de un empate en el Parken de Copenhague con ciertas sospechas de pacto de no agresión.

El caso es que han medido sus fuerzas en 15 ocasiones, y España ha salido victoriosa en diez partidos, con tres empates, dos de ellos resueltos con triunfo hispano en los penaltis, y sólo dos derrotas. En total, 28 goles a favor y 14 encajados. En sus visitas al país nórdico, los precedentes están más equilibrados, ya que el combinado español cosechó una victoria, dos empates y una derrota.

Un solo punta

Antes de volar a primera hora de la tarde, los hombres de Luis celebraron un entrenamiento a puerta cerrada en Las Rozas en el que el técnico aprovechó para probar por vez primera un once. Ensayó movimientos y sorprendió no ver a Puyol, quien acaba de superar una larga lesión de rodilla y no tiene las mejores sensaciones, y tampoco a Silva, que arrastra desde hace tiempo ligeras molestias en el tobillo. Según aclaró el médico, ambos están aptos para jugar y, por tanto, la decisión es sólo técnica.

El caso es que Luis situó al debutante Albiol como compañero de Marchena, tiró a Iniesta hacia la izquierda, apostó por Joaquín muy abierto a la derecha y, como principal novedad, colocó a Cesc por detrás de Torres. Y es que la baja de Villa abre el abanico de posibilidades para Luis, quien confiesa que debe de estar «más lúcido que nunca» y tiene claro que jugará con sólo un delantero definido aunque él se refiera a un dibujo 4-3-3. ¿Xavi, Iniesta y Cesc?

El de Hortaleza tiene la última palabra, pero en el único entrenamiento en el que trabajó con un equipo al completo apostó por Iker, Salgado, Albiol, Marchena, Capdevila, Albelda, Xavi, Cesc, Joaquín, Torres e Iniesta. Lo nunca visto en el momento decisivo.

La larga sombra de Raúl

La sombra de Raúl se proyectó otra vez sobre Luis Aragonés . Esta vez no fueron periodistas, ni pancartas, sino un simple aficionado el que desató las iras del Sabio. Al finalizar el entrenamiento vespertino del miércoles en las Ciudad del Fútbol de Las Rozas, los jugadores y a veces el cuerpo técnico se acercan a las gradas. El seleccionador acudió a la valla y respondió a preguntas de un reportero del programa Buenafuente. Mientras, un aficionado le increpaba sobre la ausencia de Raúl. Y Aragonés estalló. «¿Sabes a cuántos Mundiales ha ido Raúl?», le espetó enfadado el técnico. «A tres», respondió ante el azorado hincha. «¿Y sabes a cuántas Eurocopas ha ido?», insistió el técnico. «A dos», apuntó gesticulando. Y para rematar, repitió en tres ocasiones: «Dime las que hemos ganado, dime». Pero el aficionado, recuperado de la avalancha inicial, se vino a arriba y no se arrugó ante el técnico. Le contestó que la falta de títulos «no será por culpa de Raúl». Aragonés replicó: «No, sólo digo a cuántas (competiciones) ha ido. A cinco, y cuántas hemos ganado». La discusión se quedó ahí. Aragonés se marchó mascullando una frase a la que ha cogido cariño («La culpa la tiene la prensa») durante la concentración para el partido contra Dinamarca en Aarhus.

Michael Laudrup ve favoritos a los daneses por el gran optimismo de los jugadores

Preocupado por la delicada situación y falta de pegada de su Getafe, en zona de descenso después de siete jornadas, Michael Laudrup revive ante un Dinamarca-España, un duelo decisivo entre su país y su segunda patria, donde ha disfrutado sus mejores momentos como futbolista del Barça y el Madrid y ha sufrido sus peores pesadillas con la dinamita roja. Elegido el mejor jugador danés de todos los tiempos, este poeta del fútbol sabe que los españoles les tienen tomada la medida, pero tiene fe en que la historia cambie.

«El empate de España ante Islandia fue como un regalo para Dinamarca, que ya se veía fuera de la Eurocopa y, sin embargo, ahora afronta con euforia este partido. El pesimismo de entonces se acabó y ahora noto que todo el mundo es optimista. Este buen ánimo es perfecto, aunque mis compatriotas mantienen los pies en el suelo y saben que España será un rival muy difícil porque se la juega y dispone de un gran equipo», reflexiona este gran danés de 43 años que prevé un duelo equilibrado en el que decidan, como casi siempre, los detalles.

Aunque tras este encuentro a Dinamarca aún le quedarían tres más y a España dos, Laudrup cree que estamos en vísperas de la gran final. «Quien gane el sábado en Aarhus, va a la Eurocopa», asegura. Parece convencido de que al fin cambiará la suerte. «La selección española siempre fue nuestra bestia negra, pero creo que esta vez mi país tiene bastantes más posibilidades pero no por nombres, ya que España cuenta con jugadores impresionantes que militan en grandes equipos».

Por encima de cualquier individualidad, Laudrup se queda con el bloque confeccionado por Morten Olsen. «En España todo el mundo conoce a Poulsen y Tomasson, pero nuestro equipo no destaca por tener estrellas o jugadores del primer nivel europeo. Sí presumimos de un once muy conjuntado, con una interesante mezcla de jóvenes y veteranos. Además, tenemos un gran entrenador, un ex internacional que jugó más de 100 partidos con Dinamarca y que hace jugar al equipo muy bien. Es una selección que quiere tocar y tener el balón, igual que España, por lo que se puede ver un gran partido en Aarhus». Y confía en que España puede acusar más la presión, el miedo al fracaso.