ESPAÑA

Interior y la Ertzaintza creen que ETA confundió al escolta con un Policía

Los terroristas colocaron la bomba lapa en el asiento trasero del vehículo de Gabriel Ginés para evitar que fuera localizada y consiguiera así alcanzar el depósito de gasolina

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Los servicios de Información de la Ertzaintza y de las fuerzas de seguridad del Estado creen que los terroristas de ETA confundió al escolta Gabriel Ginés Colás con un policía o un guardia civil, y descartan casi por completo que el atentado del martes fuera dirigido contra el concejal del PSE Juan Carlos Domingo, al que protegía el agente herido.

Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, los mandos de la investigación trabajan con la hipótesis de que Ginés Colás se convirtió en lo que los expertos policiales denominan un «objetivo de oportunidad»: una víctima escogida apresuradamente por ser un «objetivo fácil» (aparcaba su automóvil en la calle) y del que todos sus vecinos creían de manera errónea que se trataba de un funcionario del Ministerio del Interior.

La Ertzaintza está convencida de que la información sobre Ginés Colás fue recopilada por colaboradores de ETA residentes en el propio barrio de La Peña y que la bomba fue colocada la noche del lunes por miembros de la infraestructura de la banda en Vizcaya. Se trataría del mismo grupo que atentó contra la casa cuartel de la Guardia Civil de la localidad de Durango.

Los «informadores» habrían alertado a los terroristas de que Ginés Colás solía comprobar los bajos delanteros de su vehículo, pero casi nunca la parte posterior del coche. Esta rutina, confirmada por la propia víctima, también era conocida por muchos de sus vecinos.

3 de octubre

Esta circunstancia explicaría por qué los etarras colocaron la bomba-lapa en la parte posterior del Renault Megane, un lugar donde además la explosión alcanzaría el depósito de gasolina, provocando el incendio del turismo y borrando pruebas, tal y como ocurrió. Los agentes de la Policía Científica apenas sí han podido recoger muestras del explosivo y del artefacto (todas ellas 'contaminadas' por el agua y la espuma de los bomberos) y todavía no han podido determinar si la lapa se activó con un sistema de mercurio, péndulo, sedal o bola.

La Ertzaintza y los responsables de Interior coinciden en descartar que el edil de Galdácano fuera el objetivo. Durante los dos años en que Gabriel Ginés Colás había sido escolta de Juan Carlos Domingo, el concejal sólo había aparecido en una ocasión en el barrio de La Peña acompañado de su guardaespaldas.

Además, la empresa Seguriber había entregado a Ginés Colás el Renault Megane que sufrió el atentado el pasado día 3 de octubre y desde entonces el coche había sido utilizado por el escolta para sus desplazamientos privados y sólo en dos ocasiones para trasladar al concejal.

Los especialistas de la policía autonómica y de las fuerzas de seguridad del Estado destacan asimismo que no tiene sentido intentar atentar contra la vida del edil con una bomba-lapa activada con un dispositivo de movimiento en el coche aparcado frente a la casa particular el escolta, porque los terroristas deberían prever que el artefacto explotaría en los primeros metros de viaje, al primer bache, cuando el concejal todavía no estuviera en el interior del vehículo. Fuentes de la lucha antiterrorista confirmaron que el edil jamás ha recogido en su domicilio privado a su guardaespaldas.

Los responsables del Ministerio del Interior aseguraron ayer que no creen que el atentado contra Ginés Colás sea consecuencia de las declaraciones amenazantes del portavoz de Batasuna Pernando Barrena en las que vaticina «tiempos oscuros». Tanto el titular del departamento, Alfredo Pérez Rubalcaba, como el secretario de Estado, Antonio Camacho, han mantenido varias conversaciones en las últimas horas con el consejero de Interior, Javier Balza, y su 'número 2', Mikel Legarza, para conocer de primera mano las novedades sobre el atentado.

Mejoría del herido

Por otra parte, el guardaespaldas Gabriel Ginés Colás evoluciona «favorablemente dentro de la gravedad» de las heridas y quemaduras que le causó el estallido de la bomba, según el parte médico emitido ayer miércoles por el Hospital de Cruces de Bilbao. El escolta sufre quemaduras de segundo y tercer grado en el seis por ciento de su cuerpo, que afectan a su cabeza, cara, cuello, tórax, antebrazo y mano derecha.

Gabriel Ginés Colás, de 36 años y natural de Zaragoza, fue intervenido de urgencia el pasado martes tras producirse el atentado de sus heridas en el tórax y el brazo derecho, donde tenía alojado un «cuerpo extraño» a causa del estallido. Actualmente permanece ingresado en la unidad de grandes quemados del hospital de Cruces, donde se encuentra «consciente y orientado» y fuera de peligro. El herido deberá estar todavía unos días ingresado y los médicos que le atienden no descartan la posibilidad de practicarle un injerto de piel en la mano afectada.