Crustáceo libertino
Porque tiene que haber investigadores para todo, unos biólogos de A Coruña acaban de derribar uno de los más recurrentes mitos de la gastronomía.
CÁDIZActualizado:Porque tiene que haber investigadores para todo, unos biólogos de A Coruña acaban de derribar uno de los más recurrentes mitos de la gastronomía. Para desgracia de todo aquel que se arruinaba la VISA bajo la máxima de lo que se come se cría, estos científicos se han pasado varios meses hasta demostrar que no es pene todo lo que reluce –perdonen que no hubiera precisado antes– en el percebe. Si la sabiduría popular había engalanado al cirrípedo –que para todo debe documentarse una– con la leyenda de ser el único animal cuyo órgano reproductor superaba en 20 veces su propio cuerpo, ha tenido que ser la ciencia la que, a costa de imprudente observación nocturna, ponga las cosas en su sitio. Concluye el estudio que el Pollicipes pollicipes sigue estando bien dotado, aunque su proporción, finalmente, se multiplica sólo por 1,5. Un volumen nada desdeñable por el que algún energúmeno homo sapiens con aspiraciones circenses y obsesión por la falofilia pagaría.
Parece ser que en esto de la sexualidad del percebe –capaz de, para copular, jugarse la vida– el tamaño también importa a pesar de que el crustáceo haya sorprendido a sus observadores con sus veladas reproductivas, dadas a juegos preliminares y sesiones en pandilla. Unas costumbres nada inorgánicas que lo catapultan, por obra y gracia de la ciencia, como el bicho acuático de rutinas más libertinas.
Así que ya sabencuando el camarero les pase la dolorosa, sepan que no hay precio por devorar al Dr. Amor bajo las aguas, al François de Sade adherido a la roca, al Nacho Vidal de la gastronomía… A lo mejor tienen suerte y no hay ningún científico rompetópicos a la vista. A lo mejor pueden darle bola al mito de Lo que se come…