Pakistán promete «aniquilar» a los talibanes tras abatir a 150 rebeldes
En los últimos tres días se han librado en el norte los combates más duros desde que en julio se rompió la tregua
Actualizado: GuardarUn total de 150 insurgentes y 45 militares muertos es el balance provisional de los tres primeros días de la operación lanzada por el Ejército de Pakistán para hacerse con el control de Waziristán del Norte. Este operativo, que continúa abierto, es la primera decisión adoptada por el general Pervez Musharraf tras su reelección como presidente el pasado sábado y no concluirá «hasta la aniquilación de los focos de resistencia», según ha confirmado el ISPR (Inter-Services Public Relations), la oficina encargada de difundir los temas militares en el país.
Se trata de los combates más duros que se recuerdan en una zona donde las hostilidades no han cesado desde el pasado mes de julio. Tras el asalto militar a la Mezquita Roja se rompió la tregua entre los líderes tribales y el Gobierno central, y comenzó una guerra que ya ha dejado centenares de víctimas. El acceso de la prensa a la región está restringido, por lo que la única información disponible es la ofrecida por las fuentes militares a través del ISPR, que asegura que «helicópteros y aviones están dando cobertura aérea» a los más de 100.000 hombres que tratan de hacerse con el control del distrito. Los talibanes, por su parte, denuncian a través de comunicados a la prensa la muerte de decenas de civiles, entre ellos mujeres y niños, a causa de los bombardeos de la aviación. Esta operación antiterrorista en Waziristán es tremendamente impopular entre la población, que la considera un encargo directo de Estados Unidos.
Bien entrenados
«Los insurgentes están bien entrenados, disponen de buen armamento y reciben todo lo que necesitan de Afganistán», anunció el portavoz del Ejército, general Waheed Arshad, quien aseguró que se ha podido establecer contacto con treinta de los últimos cincuenta soldados que permanecen como rehenes de los talibanes. El 30 de agosto cerca de doscientos soldados fueron hechos prisioneros y de ellos al menos tres ya han sido asesinados. Los talibanes mutilan a sus rehenes y dejan sus cuerpos en la frontera afgana. Su exigencia es intercambiarlos por presos, extremo al que no accede el gobierno de Islamabad. Arshad también informó de la negativa de las autoridades a una petición de alto el fuego por parte de los insurgentes ya que «es importante concluir con la misión». En manos de los talibanes en Afganistán sigue también el ingeniero alemán Rudolf Blechschmidt, secuestrado hace varios meses.
El 24 de julio el Ejército consiguió abatir a uno de los máximos líderes de la insurgencia, Abdullah Mehsud, célebre por su paso por la prisión de Guantánamo, y parecía que el golpe había sido muy duro, pero la operatividad de los insurgentes ha vuelto a recuperarse. La inteligencia estadounidense presiona a Musharraf para que controle su frontera con Afganistán y asegura que en este lugar podría encontrarse Bin Laden. Pese a los esfuerzos bélicos por parte de las tropas de la coalición -lideradas por EE UU- en la parte afgana, y de las paquistaníes en el otro lado de la frontera, esta zona de tribus pastunes permanece hasta el momento fuera de control.