La Junta birmana vincula el diálogo con la oposición a la retirada de las sanciones
Tras aplastar a tiros las protestas pacíficas de la 'revolución azafrán', la Junta Militar de Myanmar (nombre oficial de Birmania) pretende ahora mantener «relaciones fluidas» con la oposición. Así lo anunciaba ayer el diario oficial del régimen, 'New Light of Myanmar', justo un día después de que el Gobierno nombrara al viceministro de Trabajo, el general Aung Kyi, como interlocutor oficial con los grupos disidentes.
Actualizado:La medida es, según indica el rotativo portavoz del régimen, un gesto hacia el enviado especial de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, quien la semana pasada actuó de mediador entre Gobierno y oposición para poner fin a la crisis con una solución dialogada.
El problema es que la Junta Militar quiere imponer ciertas condiciones antes de empezar a negociar con la Liga Nacional para la Democracia (LND), el principal partido contrario al régimen y cuya jefa es la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, quien ha pasado casi doce de los últimos dieciocho años bajo arresto domiciliario pese a ser la vencedora de las elecciones de 1990. De hecho, el propio 'hombre fuerte' de la Junta, el general Than Shwe, reconoció la semana pasada que estaría dispuesto a reunirse con la 'Dama', como respetuosamente se conoce a la heroína del movimiento democrático, si ésta renunciara «a la confrontación y a seguir promoviendo las sanciones internacionales contra Birmania».
Rechazo
Unas exigencias que ayer mismo fueron rechazadas por la LND. Este grupo político pretende aprovechar como elemento de presión la condena unánime de la comunidad internacional contra el régimen por la violencia con que sofocó las manifestaciones de monjes budistas los días 26 y 27 de septiembre, que oficialmente se cobraron dieciséis vidas pero cuyo número real de víctimas mortales podría superar las doscientas. «El éxito del diálogo está basado en la sinceridad y en un espíritu de toma y daca, por lo que la voluntad para conseguir dicho éxito es crucial y no debería haber ninguna condición previa», aseguraba un comunicado de la LND que se basaba en discursos anteriores de su líder, Aung San Suu Kyi.
A pesar de esta negativa inicial, los grupos opositores han manifestado reiteradamente su deseo de abrir un canal de comunicación con la Junta Militar a pesar de la fuerte represión del Ejército. En este sentido, el Gobierno asegura haber liberado ya a 1.600 de los 2.700 detenidos durante las manifestaciones, entre ellos 573 monjes. Pero, al mismo tiempo, ha anunciado que encarcelará a todo aquél que haya infringido la ley mientras tomaba parte en las protestas.