![](/cadiz/prensa/noticias/200710/10/fotos/072D3CA-CON-P1_1.jpg)
Borrosa huella delictiva
La Policía Local trata de identificar a un conductor 'pillado' por el radar cuando circulaba a 124 por hora por Logroño
Actualizado: GuardarEl azar es caprichoso. Ir a 124 kilómetros por hora por el centro urbano de Logroño y salir ileso de tan inconsciente hazaña es una suerte. Que el radar instalado en la calle por donde el vehículo circuló con temeridad saque una instantánea borrosa de la infracción, es el colmo de la fortuna.
El protagonista de la escena narrada existe y, probablemente, se encuentre en su casa, relajado y ajeno a toda polémica. Por ahora, no va a recibir ninguna carta comunicándole la pérdida de puntos y la multa correspondiente, ya que en la fotografía tomada por uno de los radares fijos instalados en Avenida de Lobete, la calle logroñesa en la que ocurrieron los hechos, no se distingue la matrícula de su coche. No obstante, la Policía Local continúa con los trabajos para identificar al infractor.
La gesta del conductor anónimo se produjo a las cuatro de la madrugada de un día de septiembre -tal y como desveló el concejal de Seguridad Ciudadana, Atilano de la Fuente, a este periódico y antes a Radio Rioja-.
Durante el pasado mes, los radares fijos y móviles de Logroño registraron 4.630 infracciones, aunque sólo 300 superaban los 65 kilómetros por hora. El infractor afortunado ocupa el primer lugar de faltas graves de este ránking con un margen bastante amplio, puesto que el siguiente en la lista circulaba a 92 kilómetros por hora, también en la Avenida de Lobete.
Seis puntos y 520 euros
Si la Policía logra identificar al conductor, se le impondrá una multa de 520 euros y su carné tendrá 6 puntos menos. Esta es la sanción máxima que establece la ley y se consigue al superar los 91 kilómetros hora.
De nuevo, la suerte sonríe al infractor no identificado, porque si llega a cometer esta misma falta a finales de año, podría dar con sus huesos en la cárcel. La ley que se aprobó la semana pasada en el Congreso contempla una pena de entre 3 y 6 meses para aquellos que superen en 60 kilómetros la velocidad permitida en vías urbanas, como es el caso.
De cualquier forma, De la Fuente señaló que éste es «un incidente aislado» y que los radares fijos «han conseguido moderar la velocidad». Admitió que los ciudadanos conocen ya dónde se encuentran y moderan la velocidad cuando se acercan a las casetas, pero recordó que los radares móviles operan por toda la ciudad.