
Reino Unido reduce su implicación en Irak al anunciar la salida de la mitad de las tropas
Brown sorprende al Parlamento con el segundo recorte militar en una semana y asegura que en 2008 sólo quedarán 2.500 soldados en el país Los efectivos que sigan desplegados realizarán labores de 'supervisión'
Actualizado: GuardarReino Unido reducirá el número de sus tropas en Irak desde las 5.500 que tenía a principios de septiembre a 2.500 en la próxima primavera, como parte de una operación de repliegue y cambio en la naturaleza de su presencia militar en el país árabe, según anunció ayer el primer ministro británico, Gordon Brown.
En una declaración parlamentaria contestada agriamente por la oposición conservadora, que acusó a Brown de reciclar en la Cámara un anuncio que ya había hecho la pasada semana durante una visita a territorio iraquí, el premier ofreció un balance de lo logrado hasta ahora y delineó los objetivos para los próximos meses.
Las tropas británicas no se retirarán totalmente porque su presencia en el sur iraquí protege la ruta de abastecimiento logístico a las fuerzas de EE UU desde Kuwait y Arabia Saudí. La provincia de Basora tiene también importancia estratégica por sus explotaciones petrolíferas y porque ofrece el único acceso al mar del país árabe.
Brown no ofreció estos detalles pero señaló que, tras la cesión a las nuevas fuerzas de seguridad de Irak del control de la provincia en los próximos dos meses, las tropas británicas, acuarteladas en el aeropuerto de Basora, adoptarán un papel de supervisión, que sólo cambiaría de nivel en caso de inestabilidad del nuevo régimen.
El jefe del Gobierno británico ofreció al Parlamento algunas informaciones prometedoras sobre lo logrado en la provincia sureña. Aunque allí habita el 20% de la población iraquí, se registra el 5% de los actos de violencia. Y, desde la retirada de los británicos del centro de Basora, la base aérea ha sufrido cinco «ataques indirectos», cuando en julio se habían producido 87.
Brown aseguró que sus planes se implementan con el acuerdo del Gobierno de Irak y de los mandos militares estadounidenses, y detalló la aportación británica para que las nuevas instituciones iraquíes celebren elecciones en 2008 que hagan más representativos los consejos provinciales y se entiendan con los grupos disidentes para buscar una 'reconciliación nacional'.
Israel y los palestinos
El líder laborista vinculó la seguridad de Irak al avance de la negociación entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, al tiempo que llamó a Irán y a Siria «a que desempeñen un papel más constructivo y dejen de apoyar a terroristas y grupos armados que operan en Irak».
Antes de su comparecencia parlamentaria, Brown ofreció una conferencia de prensa en la que, al ser preguntado sobre la crisis en torno al programa nuclear de Irán y su posición ante la posibilidad de un ataque dirigido por EE UU, respondió: «Si no coopera con las autoridades internacionales que estudian sus instalaciones nucleares o sus posibles instalaciones nucleares, es una gran violación de las normas internacionales».
«Nosotros -añadió el 'premier'-, creemos, no obstante, que este asunto puede ser resuelto por medios diplomáticos, a través de resoluciones que han sido aprobadas por la ONU, con sanciones si fuera necesario». Pero añadió que «no hay que descartar nada».
Ya en el Parlamento negó la posibilidad de una completa retirada de Irak, reclamada por el líder liberal, Menzies Campbell, quien calificó la intervención británica como «una catástrofe».