¿ULTIMA CAMPAÑA?. Los remolacheros podrían no sembrar. / T. S.
Jerez

La Junta apoyará que los remolacheros puedan cobrar ya la reestructuración

Los productores de remolacha andaluces recibieron ayer un espaldarazo importante de la Junta de Andalucía en su reivindicación de que los agricultores puedan solicitar ya el cobro de las ayudas a la reestructuración si deciden abandonar el cultivo durante esta campaña.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Así lo explicaba ayer el presidente del Grupo Remolachero de Cádiz, José Manuel Díez, que explicó que todas las organizaciones agrarias firmantes del acuerdo nacional (Asaja, COAG, UPA y la Confederación Nacional de Remolacheros) se reunieron ayer con responsables de la Consejería de Agricultura -entre ellos el que será el nuevo secretario general, Dimas Rizo- para lograr que la Administración autonómica apoye esta petición y «los años que se cuenten para poder cobrar estas ayudas sean los mismos que para la PAC, 2004-2005».

Esto implicará, según detalló, «que los remolacheros no se verán obligados a sembrar esta próxima campaña para tener derecho a esas ayudas, aunque la multinacional Ebro Puleva quiera hacer llegar el mensaje contrario».

En la reunión de ayer, los responsables de la Junta dejaron claro que el consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, no se pondrá en contra de los productores, aunque eso implique automáticamente no apoyar a la industria que «pretende que sembremos un año más, aunque perdamos dinero, sólo porque así aguanta hasta que pueda empezar a traer azúcar de fuera de la UE para refinarla», dijo Díez.

En este punto, el presidente del Grupo Remolachero dejó claro que «claro que nos gustaría sembrar, pero no podemos invitar a los agricultores a que se endeuden y pierdan dinero. Y lo que está claro es que con los precios a los que se pagará el próximo año la remolacha, si Ebro no pone dinero suficiente, no es rentable».

Por eso, vaticinó que «la remolacha puede acabarse en Cádiz este mismo año, y las azucareras pueden precipitar su cierre si no se dan soluciones. «Pero de ello no tendremos la culpa los agricultores, que también somos víctimas porque nos vemos obligados a marcharnos por la falta de rentabilidad».