Aung San Suu Kyi, la Premio Nobel de la Paz y líder del movimiento democrático, / ARCHIVO
gesto hacía el enviado especial de la ONU

La Junta Militar birmana anuncia su voluntad de mantener «relaciones fluidas» con la oposición

El Gobierno acusa a los manifestantes de poner en peligro la economía del país y amenaza con encarcelar a mil personas

BANGKOK Actualizado: Guardar
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La Junta Militar de Birmania ha anunciado que espera mantener "relaciones fluidas" con Aung San Suu Kyi, la Premio Nobel de la Paz y líder del movimiento democrático que está en arresto domiciliario desde 2003. La noticia, publicada en la portada del rotativo Nueva Luz de Myanmar, se produce un día después de que los militares designaran a un interlocutor oficial para establecer cauces regulares de comunicación con la líder opositora.

La designación del viceministro de Trabajo, general Aung Kyi, como encargado de esas relaciones fue divulgada anoche por la televisión estatal y de nuevo recordada hoy por el periódico, el órgano de propaganda del régimen. El medio indica que ese nombramiento es un gesto hacía el enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, que a primeros de este mes propuso a la Junta Militar que creara un conducto oficial con Suu Kyi, de 62 años y jefa de la Liga Nacional para la Democracia (LND).

Visita urgente del enviado especial de la ONU

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha instado al Gobierno birmano a permitir la visita urgente del enviado especial Paulo Sergio Pinheiro, que fue designado como experto independiente en Derechos Humanos en Birmania hace siete años y al que se prohibió la entrada al país en 2003.

El embajador rumano, Doru-Romulus Costea, que preside el consejo, formado por 47 países, ha comunicado a Birmania que había ordenado a Pinheiro viajar lo antes posible al país para que evalúe la situación de los Derechos Humanos después de la represión sufrida por la población, que ha llevado a cabo multitudinarias protestas. En una sesión urgente celebrada la semana pasada, el consejo condenó la actuación de la Junta militar que dirige Birmania y destacó la necesidad de que Pinheiro inicie una investigación de manera inmediata.

Gambari llegó a Birmania en medio de las condenas internacionales contra la brutal represión ejercida por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que pedían la democratización del país. Según la versión oficial, diez personas murieron por disparos o a golpes, pero fuentes de los grupos antigubernamentales estiman que la cifra de víctimas mortales de la represión se eleva a más de dos centenares.

Las autoridades militares sostienen que han puesto en libertad a unas 1.600 personas de las cerca de 2.700 detenidas, entre ellas 573 monjes, que fueron arrestadas durante las protestas del pasado 26 y 27 de septiembre, y los días posteriores.

Las autoridades amenazan con encarcelar a mil personas

El régimen militar en Birmania ha acusado hoy a las personas que participaron en las manifestaciones antigubernamentales de poner en peligro la economía del país y ha amenazado con encarcelar a todo individuo que haya infringido la ley. Amenazas que ha cumplido, con la detención esta mañaa de tres dirigentes de la Federación Birmana de Sindicatos de Estudiantes (ABFSU, por su sigla en inglés). La emisora de radio Voz Democrática de Birmania ha identificado a los detenidos como Ko Kyaw Ko Ko, Ko Sithu Maung y Ma Han Ni, quienes se encontraban escondidos en Rangún.

Por su parte, el diario oficial New Light of Myanmar no ha dudado en afirmar que los manifestantes son responsables del agravamiento de las condiciones de vida.

La ONU plantea una condena

El Consejo de Seguridad de la ONU ha debatido hoy a nivel técnico la posibilidad de condenar a la Junta Militar de Birmania por su violenta represión. Delegados de los 15 miembros del máximo órgano han discutido hoy el contenido de un borrador redactado por EEUU, Francia y el Reino Unido, tras el informe presentado el viernes por el enviado especial del organismo para Birmania , Ibrahim Gambari.

A la salida del encuentro, el representante de Ghana, Albert Yankey, ha asegurado que todos están de acuerdo con los puntos básicos de la declaración, pero se han propuesto doce enmiendas sobre cómo está redactado. El texto será consultado con las capitales en las próximas horas, ha señalado el diplomático, por lo que podría presentarse el miércoles a votación del Consejo.

El texto bajo consideración condena "la violenta represión del Gobierno de Myanmar de las manifestaciones pacíficas, incluido el uso de la fuerza contra figuras e instituciones religiosas". El borrador también insta a la concesión de libertad de movimiento de la líder opositora, en arresto domiciliario desde 2003, y al inicio de un proceso de democratización "genuino".

China y Rusia se han mostrado hasta el momento reticentes a condenar desde el Consejo de Seguridad las acciones de Rangún, que Pekín ha descrito como un problema interno que no afecta la paz y la seguridad internacional. Por ello han rechazado la propuesta de Washington de imponer sanciones, entre ellas un embargo de armas, para presionar al Gobierno birmano a cesar la represión de sus opositores y democratizar un país que controlan desde hace 45 años.