«Si no estuviéramos aquí la incineradora estaría funcionando»
La protectora ofreció la posibilidad de acoger a los animales de forma gratuita y no pagar los 50 euros de adopción
Actualizado:La puerta de la perrera permanecía cerrada y blindada por cuatro agentes de la Policía Nacional. Esto es lo que se encontraron el medio centenar de personas que se manifestó a las puertas de El Refugio en Puerto Real en la mañana de ayer. Movidos por las conciencias, los defensores de los animales habían acudido para adoptar y con ello salvar de una trágica muerte a todos los perros y gatos que pudiesen. Otros iban, llamados por el horror, a recoger los animales que habían dejado días atrás en el servicio de guardería que la perrera tiene.
Los empleados de la perrera sólo dejaron entrar a las personas de dos en dos porque temían que en el interior de las instalaciones se produjeran altercados.
La primera en dar el salto al otro lado de la verja fue María Luisa Verdú, que tras pasar más de media hora dentro consiguió adoptar un perro pagando 50 euros por el chip y la vacuna. María Luisa, a su salida, contó cómo en el interior hay más de un centenar de animales hacinados en jaulas donde conviven en grupos de seis en menos de tres metros cuadrados. «Tengo tres perros en casa, pero cuando ves en la situación en la que están dentro y sabiendo lo que hacen con ellos tenía el deber de llevarlo conmigo», con cara triste aseguró que «son los propios animales los que te miran a los ojos deseosos de ser acariciados. Es muy triste».
María Luisa salía con una sonrisa aclamada por los aplausos de las personas que se concentraban en la puerta, de su mano un perro color canela y ojos enfermos que ha pasado, y nunca mejor dicho, a mejor vida.
Ante la demanda de adopciones y el precio establecido por salvar una vida animal, las personas concentradas comenzaron a recolectar entre todos dinero para evitar el sacrificio de más animales. Finalmente, la chimenea del crematorio dio ayer una tregua. La antigua presidenta de la Protectora de Animales y Plantas, María del Carmen García, ofreció a los presentes la posibilidad de adoptar de forma gratuita, gracias a un convenio que la protectora tiene con la perrera. Muchos fueron los interesados que ya habían acudido preparados con sus jaulas para transportar a los animales. Poco a poco fueron sacando a los perros y gatos del centro. Otra familia lloraba en la puerta porque dentro estaba su dálmata que lo había visto por la prensa y temía por que fuera demasiado tarde.
Apenados e impotentes por no poder hacer más, así se sienten todos. Olga Moreno no pertenece a ninguna asociación «sólo soy amante de los animales y es terrorífico lo que están haciendo con ellos». A Olga como a la gran mayoría le parece vergonzoso que «tengamos que pagar por tener este gesto de humanidad, pero al menos hoy entre todos hemos conseguido parar la incineradora».