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El líder paquistaní 'celebra' su triunfo electoral con una ofensiva antitalibán
Los ataques a feudos rebeldes instalados en la frontera con Afganistán se saldan con 70 fallecidos
Actualizado: GuardarCincuenta insurgentes y veinte soldados perdieron ayer la vida durante una nueva ofensiva emprendida por del Ejército paquistaní contra feudos talibanes en el distrito de Waziristán Norte, en plena frontera con Afganistán. La operación coincide con la amplia victoria del general Pervez Musharraf en las elecciones presidenciales y con sus planes de «luchar de forma implacable contra el terrorismo».
El norte de Pakistán se desangra desde que hace tres meses se rompió el pacto de paz con los líderes tribales, que se levantaron en armas tras el asalto del Ejército a la Mezquita Roja, en Islamabad. Desde entonces los combates no han cesado. Cerca de 200.000 soldados están desplegados en las conocidas como áreas tribales. De ellos, tres centenares permanecen secuestrados por los talibanes, que el sábado informaron de la captura de otros veintiocho más.
Esta nueva operación amenaza con costarle muy cara a Musharraf, ya que en Pakistán ha sido interpretada como un mero encargo por parte de EE. UU., que asegura que en la región de Waziristán Norte se podría esconder el mismísimo Bin Laden. En el discurso que ofreció tras conocer su victoria en las urnas, el general pidió «unidad» a los partidos en la lucha contra el creciente problema del terrorismo.
Pero ayer, último domingo de Ramadán, las preocupaciones de los paquistaníes eran otras. Los nervios por los resultados de los duelos de crícket y la reelección de Musharraf, con un 97% de los votos emitidos, por este orden, copaban las conversaciones en Islamabad. ¿Elecciones? Los comicios presidenciales se realizan por sufragio indirecto y muy pocos ciudadanos los han seguido de cerca. Aunque Pakistán sea 'la tierra de los puros', el domingo es el día festivo y los mercados no abren hasta las doce del mediodía. Y los negocios pueden con la religión.
Batalla manipulada
«'Noora kushti' (batalla manipulada), como reza el viejo dicho punjabí. Estaba cantado el resultado final, el general lo tenía todo preparado y ha conseguido su objetivo, seguir siendo, de momento, militar y presidente», afirma Ali Khan, dependiente de la célebre Mr. Book, una de las librerías principales de la capital.
Los periódicos locales destacaban la victoria de Musharraf con grandes titulares pero todos coincidían a la hora de llevar la pelota al tejado de un Tribunal Supremo que debe decidir en el plazo de diez días si la candidatura del general es constitucionalmente correcta.
A la espera del veredicto final, El general Pervez Musharraf se ha convertido a sus 64 años en el primer militar de la historia del país que consigue ser elegido presidente de forma democrática con los votos de la Asamblea Nacional, Senado y las cuatro cámaras provinciales.
«La gente piensa que los jueces tienen ahora el poder, pero no es cierto. Con esta fórmula, Musharraf logra asegurarse el control sobre militares y las agencias de seguridad nacionales. Tiene información privilegiada y si ve peligrar su puesto siempre le queda la opción de dar un golpe de fuerza, como hizo en 1999», apunta el analista político Mahmood Hussain.